El municipalismo a debate Si de precedentes hablamos, da la impresión que en nuestro Consistorio se creó escuela. El "fenómeno de la desertización" aparece una vez mas, como si este constituyera una primera elección y el resultado definitivo fuese a segunda vuelta. Mi pasión -que no fanatismo- por el municipalismo, me hace pensar que son muchas las cosas que deberían cambiar. Cuando está en estudio la nueva Carta Local, que vendrá a sustituir a la actual Ley de Bases del Régimen Local, los municipes, deberían haber tomado buena nota y sacar sus propuestas a la calle si de participación hablan. . En el poco tiempo que he podido dedicar a estudiar las propuestas que los partidos hacen de tan importante asunto, he observado que faltan detalles que sería conveniente tener en cuenta. . Mucho se habla por la Federación de Municipios y Provincias de las necesidades de financiación y competencias que hoy día tienen los municipios. Y en honor a la verdad, aquí las coincidencias son unánimes. Falta una nueva normativa que actualice las competencias -cada día "mayores"- y medios para desarrollar las mismas. El problema, creo que se planteará, cuando las Comunidades pierdan el férreo control que todavía ejercen en asuntos que hace tiempo deberían haber delegado en los ayuntamientos, con su correspondiente dotación presupuestaria. La perdida del control político en favor de los ciudadanos, no debe entrar en el manual de los políticos actuales, cuando tanto demoran el cambio del que debiera ser primer escalón territorial. Cierto es, que existen medidas de control para poder alegar contra los acuerdos adoptados, pero, aún así, estas me parecen cicateras si tenemos presente el impulso que se pretende dar a la autonomía local. Los grandes municipios, por la propia fuerza de la ciudad, verán recompensadas sus reivindicaciones, pero ¿y los chicos? Al hilo de estas consideraciones y, tratándose de autonomía local, hay aspectos que ignoro si el legislador ha tenido en cuenta para el control y fiscalizción por parte de la ciudadanía en los acuerdos municipales. Mas concretamente, me refiero, a la posibilidad de reexamiar -con distinto tribunal- a los aspirantes a funcionarios en situaciones de dudosa objetividad. Incurriría en falsedad, si dijera que todos los que accedieron a la función pública lo hicieron de forma anómala. Pero a la luz de los hechos y la experiencia acumulada, debo pensar que, la figura del comisario político, todavía campa en los corredores palaciegos. Si el municipalismo tiene que cambiar, obviar asuntos como el comentado, seguirán siendo un lastre para una verdadera democracia local. El poder de un presidente - al que dificilmente se le cuestiona- sobre la posibilidad de dejar desierta una plaza, es: "abrumador" . Y aquí, amigos, radican grandes males de nuestros ayuntamientos. Profesionales sometidos a los caprichosos deseos de los gobernantes, terminan aceptando, como si de borregos se tratara . ¿Si los ciudadanos se encuentran indefensos durante todo un mandato, quien resarce estas tropelías? Salud. Manolo Baena P.D. Si alguien conoce exaustivamente los motivos de dejar desierta la plaza de Subinspector de Polícia Local, le rogaría los expusiera. Gracias.
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