Villarrubia de los Ojos - Ciudad Real

Corralito informativo en La Moncloa y los nervios de "Pepe Pisos"

Sabíamos que lo suyo era ponerle la proa a quienes no le rinden pleitesía. Pero el video que ha caído como un torpedo ha dejado a la Vice a la altura del betún. Otros han salido corriendo.

Fernández de la Vega aplica el corralito informativo a los medios críticos.

El ama de llaves de La Moncloa, María Teresa Fernández de la Vega, ha quedado otra vez a la altura del betún. No teníamos bastante con el chabolo de Beneixida y la legión de abogados -y medios- del Estado lanzados contra Carlos Dávila y Maite Alfageme, que la señora, además, se permite el lujo de ver a través de las manos alzadas de los periodistas de Intereconomía y Libertad Digital TV en las ruedas de prensa de los viernes desde hace dos meses. Lo ha puesto en evidencia, y con imágenes, que fastidia más, la redactora Ketty Garat. Y les ha caído como un tiro. Lógico.

Al fin y al cabo el video no tiene desperdicio. Todo tiene lugar, por lo que puede verse en él, bajo la atenta mirada de los fontaneros Julián Lacalle, el de las partidas de mus en el Congreso con el entonces gris José Luis Rodríguez Zapatero, y la jefa de prensa de la discriminadora, Ángeles Puerta. Eso sin contar el guión: primero la periodista de RNE, luego la de Telecinco... y hasta José María Brunet, de La Vanguardia, llegando tarde y besando el santo nada más tomar asiento.

Todo esto cuando aún está escuchándose el cachondeo del video publicitario de la Vicepresidencia, con la protagonista de esta historia enseñando la casa y el secretario de Comunicación Félix Monteira ejerciendo de mayordomo. Menuda le ha caído, por cierto, a casi dos meses de su nombramiento.

No se sabe si es comparable a la que está recibiendo el presidente del Congreso, José Bono, al que por ahí llaman, parafraseando al Pepe Car de Hidalgo junior, Pepe Pisos, la mejor inmobiliaria de España. También le ha caído al asunto lo de Bonopoly o Bonogate, que aquí hay para todos los gustos. Y dicen que anda nervioso, pese a lo pregonado en público y a través de "mi periódico", es decir, de El Mundo, dando explicaciones en petit comité por aquí y por allá. Menos donde tiene que darlas. Y más ahora que le han vuelto, en La Gaceta, otra de decoración gratis a cargo de Reyal Urbis.

Lo que no tiene desperdicio es lo de Carlos Carnicero, cada vez más outsider, más a su puñetera bola. En su blog "para naufragos de la izquierda" ha sacado a la luz una comida, celebrada el pasado lunes en Zalacaín, entre Baltasar Garzón -al que Carnicero, por cierto, tiene flechado, dicen que por amistad con José Barrionuevo- y el conseguidor entre los conseguidores, Antonio Navalón, del que ya casi nos habíamos olvidado -salvo los Ruiz Mateos, Mario Conde y unos cuantos agradecidos por Prisa- por su dorado exilio mexicano.

Dice Carnicero que Garzón y Navalón son amigos, lo que, refiriéndose a estos dos personajes, quiere decir que deben de mantener intereses comúnes. La versión del tertuliano de la SER es que Navalón le debió muñir, vía contactos propios, la estancia neoyorquina en la Rey Juan Carlos y las gestiones de cara al Nobel. Quién sabe. Cuando se está ante individuos tan vidriosos como Navalón, en los que se mezclan tantos factores, todo es posible.

Por si fuera poco, anda corriendo por ahí que en breve podría aparecer un libro sobre la desarticulación en 1992, por parte de Garzón con el consentimiento de un ya forrado Luis Roldán, aún director general de la Guardia Civil, de la Unidad Central Antidroga de la Guardia Civil (UCIFA). Obra en la que el juez no saldría muy bien parado por su actuación.

https://lsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=106690&cod_aut=