Valdepeñas - Ciudad Real

aun no conozco a la esposa, a la compañera destinada a mi corazon, a la que mi atormentada juventud espera. pero se que ha nacido ya y que respira en estos momentos.
su edad y sus quehaceres le imponen una vida atareada. su habitacion es un fresco rinconcito donde da sus lecciones obediente y formal. su madre no anda muy lejos de ella.
¡ madre mia, hablale todo cuanto ella quiera del buen dios, de la virgen y de los santos, haz que sea timida y que encienda un cirio cuando retumbe el trueno!
escuchame, quiero que sea dulce y formal, que sea cariñosa y que tenga miedo. quiero que toda mi sangre sirva para defenderla, y todo mi corazon para acariciarla.
en lo desconocido yo te amo y me desposo contigo. me perteneces desde el pasado, novia invisible, de la que ignoro hasta ese nombre pronunciado sin cesar.
¡ y decir que toda mi vida esta desierta, que mi felicidad puede pasar hoy a mi lado entre la multitud y que acaso la multitud se cierre tras ella !
tal vez nos cruzaremos durante muxo tiempo en un punto del espacio sin sonreirnos, pues nadie se atreveria a decirle a una niña que pasa: "tu eres la que estoy esperando."
a se lo que cuesta la experiencia porque un dia crei verla en mi camino, y le dije: "¡eres tu!" sin duda me equivocaba, porque ella retiro la mano.
desde entonces me callo. mi alma solitaria confia nuestra union en el triunfo al dios que sabe unir las plantas de la tierra con halito de los cielos.
menos que, privandome para siempre de conocerla, la muerte se haya llevado ya a mi mujer siendo niña. a ti, que naciste para ser mi esposa y no lo habras sido nunca.