Cervantes con Gral. Prim En mis escapadas ocasionales a Torrenueva observo con tristeza cómo y en qué medida degeneran las buenas costumbres, el buen gusto, la educación y la estética de nuestro querido pueblo. No es la norma porque afortunadamente la gran mayoría de la población tiene comportamientos prudentes, equilibrados y comedidos. Esta mayoría, debido a su carácter pacífico, sufre los excesos de unos pocos. No está mal comentar estas situaciones y hechos para aminorar en lo que se pueda lo ocurrido. Incluso llamar la atención a las autoridades con el fin de que se corrijan determinadas ocurrencias indeseables. ¿Se ha quemado la casa? No. Está de luto con franjas de garaje o de aparcamiento. Hechas las indagaciones oportunas, resulta que se trata de un grupo de moteros que quieren imponer sus personales gustos al resto del vecindario y del pueblo. Estas conducta de imponer a los demás su particular estética, en otros casos su música (siempre en un volumen altísimo), etc., son totalmente invasivas, insolidarias y propias de mentes déspotas. Por supuesto, que todo el mundo tiene el derecho a expresar su opinión, a manifestar sus gustos, a vivir a su manera. Siempre sin romper la armonía de una sociedad, en este caso un entorno donde predomina el blanco. Sobre ésto, el ayuntamiento también tiene algo que decir porque (exista o no ordenanza sobre urbanismo, que lo desconozco) tiene la obligación de mantener y respetar un cierto uniformidad en el casco urbano. |