Relaciones irreconciliables entre explotador y explotado Puig Puntí, es español, tiene 57 años, está soltero, es vecino de La Vall d'en Bas (Girona) y carece de antecedentes penales y se encantaba en situación precaria. Como hacía de forma habitual, el constructor Joan Tubert, dueño de la empresa Construccions Tubert, de 62 años, desayuna junto a su hijo, Ángel Tubert Ruiz, de 35 años. Un minuto más tarde ambos están muertos. Cada uno recibe un disparo de la escopeta de caza de 3P. "Entró, disparó y se fue sin decir absolutamente nada", recuerda el dueño del local.. Puig Puntí no dispara al azar: lleva varios meses sin cobrar y engañado por el empresario en varias ocasiones. Huye con la escopeta, coge un Suzuki azul y conduce en dirección a una entidad bancaria de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en Olot. El autor de los incidentes iba entregarse, y su escopeta apuntaba hacia el suelo. Uno de los agentes, ha desenfundado su arma reglamentaria y ha realizado unos disparos. Intentando acabar con la vida del protagonista de los sucesos. Con cuatro muertos a sus espaldas,. "Yo ya estoy satisfecho", ha señalado nada más ser apresado, ha asegurado a Europa Press una testigo presente. |