Puebla del Príncipe - Ciudad Real

-¡Zamarro, Peal, Cacho Guarro!. Estos adjetivos rompieron el silencio de aquella mañana de cacería de guachos, que unos cuantos chavales llevábamos a cabo en los arboles del lavadero. Caminábamos en silencio mirando en los arboles y escuchando el piar que delatase donde estaba escondido el pajarillo. En la badana del tirachinas una piedrecita descansaba dispuesta para ser disparada en el momento oportuno mas otro montón que se encontraban en el fondo del bolsillo del pantalón. Aquellas voces despertaron nuestra curiosidad y nos acercamos para ver que pasaba.
El espectáculo no podía ser mas gracioso y divertido para nuestros juveniles ojos. Dos mujeres se agarraban de los pelos zarandeandosen y chillando y otras intentando separarlas. Cuando por fin las pudieron separar un poco, el aluvión de insultos no se hizo esperar. - Hurre a la mierdha so zhorrón. -Hurre tu, pendón desorejao, que eres un Marimacho. Yo me daba cuenta que todos los insultos aun que eran mujeres se los decían en masculino. -Hijue-phuta cacho perro, me voy a caghar en la madre que ta pariho. Así estuvieron un buen rato mas diciendosen estas lindeces , hasta que poco a poco las demás mujeres se las llevaron una por cada lado. Nosotros nos quedamos con los ojos abiertos igual que aguilanderos hasta que alguien dijo. -¡Jo machos esto ha estado mas interesante que “Bonanza”!

JOSA.