Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Hoy no es día para ponerse a la altura de la minina y su auto reconocido cenutrio compañero (que buena pareja).
Hoy es uno de esos días que estoy conmovida, triste, siento irritación ( esa que normalmente se me atribuye) pero esta vez es de verdad, hace unos días murió Jesús Pueyo, un hombre que dedicó su vida a que no se olvidaran a las victimas franquistas.
Jesús estaba ilusionado por ayudar a Garzón, era testigo de los crímenes del franquismo en defensa del único juez que se ha atrevido a abrir una causa penal para investigar lo ocurrido en la Guerra Civil y en la Posguerra, pero no podrá hacerlo. Llevaba mucho tiempo preparándose para contarlo todo, preparándose para no llorar ante los ojos de los asesinos para que no se regocijaran de sus penas

Tranquilo Jesús, no es una derrota, aquí quedamos nosotros, nadie va a pasar página ni olvidar a las víctimas del fascismo, ni a los que los mataron.
No importa lo que se tarde, les llegará el día Jesús, el día que tendrán que hacer frente a las responsabilidades y vergüenzas familiares heredadas.
En democracia, no hay alternativa posible, no hay prescripción de delitos contra la humanidad.
Mientras llega la justicia (que ya llegará, os lo aseguro) valga mi condena moral y mi desprecio.

Jesús, desgraciadamente ha fallecido sin cumplir su deseo, que no era otro que contar su caso. Hoy hubiera sido cuando hablara por primera vez ante un tribunal. Lo que iba a relatar Jesús era una de las tanta historias que habían permanecido silenciada durante setenta y cinco años, pero tranquilo Jesús que yo me encargo de hacerla pública.
……
El 30 de julio de 1936, los falangistas mataron a su tía Francisca. “Solo por ser de izquierdas”. Después, mataron a sus dos hijas, Lourdes y Rosario, de 20 y 24 años, “por haber cosido una bandera republicana que les había encargado el PSOE”. A ellas dos no solo las mataron, según denunció Pueyo en sus memorias: “Las violaron y las quemaron”. “Lo sabemos porque los asesinos presumían y la gente les oyó”.
Fueron las cuatro primeras víctimas. Los falangistas no tardaron en ir a buscar al padre de Jesús. “Mi madre y mis hermanos nos quedamos mudos, no pudimos hacer nada”. A la mañana siguiente, Jesús vio el camión en que se lo llevaban con un grupo de hombres. “Mi padre se tapó la cara porque no quería que le viera en ese estado. Estaban todos ensangrentados, habían sido golpeados con saña. Uno de ellos, el carpintero, amigo de mi padre, tenía un ojo salido. Fue horroroso verlos así”. Ya no volvieron a verle. Era 2 de agosto de 1936. Jesús Pueyo Prat tenía 44 años y cinco hijos, que durante los siguientes años oirían muchas veces: “Ahí van esos rojillos”.

Los falangistas mataron a otros dos tíos suyos. De modo que la abuela de Jesús, Magdalena Prat, perdió a manos del franquismo a sus cuatro hijos, y a dos nietas. No pudo enterrar a ninguno.

Jesús no quería hablar solo de su familia hoy en el Supremo. Había documentado hasta 138 asesinatos de vecinos de Uncastillo, entre ellos el del alcalde, Antonio Plano, que los falangistas anunciaron para que sus paisanos vieran cómo le mataban en la plaza del pueblo. “Una vez abatido, le siguieron toda clase de burdos gestos ante su cadáver, patadas, tiros. Uno de sus verdugos, Juanillo, el hojalatero, frenético con la algarabía formada ante el cadáver, le cortó las dos piernas con una azada”, escribió en sus memorias. “Después, se lo llevaron y nunca se supo dónde lo dejaron”.
……
Jesús escribió una carta a Juan Carlos Borbón como jefe del Estado reclamándole ayuda para encontrar las fosas donde se encontraban los pobres infelices que sucumbieron ante la barbarie del Golpe de Estado, obtuvo una callada por respuesta, como se podía esperar.
Pero el colmo de los colmos es la respuesta que obtuvo de la Iglesia. Rouco Varela les mandó un panfleto que hablaba sobre "la necesidad de perdonar al enemigo". Cinismo en estado puro. La iglesia lleva años glorificando a los curas muertos en la Guerra Civil.

Qué vergüenza, menudo asco de país, que poca honorabilidad de políticos, de estamentos judiciales, de secta religiosas, mantener la callada como respuesta, mientras el pueblo, setenta años después sigue buscando a sus familiares por las cunetas de España.

¡¡¡Hasta Siempre Compañero!!!

María M.

Jesús...no te conocí personalmente, pero si, tus palabras...parte del doloroso relato que ibas a "cantar" al Supremo y al mundo pidiendo justicia. Ya no podrás hacerlo físicamente (los latidos de tu corazón se agotaron antes de tiempo), pero tu familia, tu mujer Ana y quienes creemos en la libertad nunca nos callaremos. Descansa en paz amigo...y desde donde te encuentres no dejes de echarnos una mano hasta que se haga justicia y los que aún claman por simplemente saber dónde están los restos de sus familiares, se vean algún día recompensados...aunque sea moralmente. Un brindis por ti, Jesús Pueyo!

Andrés hoy he sabido que la persona que falleció hace unos días era familiar vuestro.vaya mala racha hijo!Lo que me extraña es que nadie ha comentado nada y por eso yo no sabia que erais parientes.Lo siento Andrés.

No me explico como estais tan tristes por el fallecimiento de Jesus Pueyo y lo comentais en el foro hoy,precisamente un mes despues del suceso,por que ese señor falleció el 4-01-12.A mi no me cuadra,¿o es que no os habiais enterado?Me extraña por que a esa no se le escapa ni una.En fin sea cual sea la causa de vuestra tristeza lo siento chicos.La verdad es que la liber está muy afectada

Carlota salta la noticia , por el 2 juicio a Garzon, y por las declaraciones vertidas en el mismo, con declaraciones de otros represaliados, afectados por el franquismo, esa es la explicacion, este hombre queria contarlo y queria justicia y murio poco antes de poder hacerlo en un tribunal.

Saludos Carlota

En el mundo al revés en el que vivimos se juzga a un juez por intentar juzgar los crímenes de un dictador muerto -y de sus seguidores-, cuyas víctimas llevan décadas llorando la pérdida de seres queridos torturados y ejecutados sin juicio preceptivo, desaparecidos sin dejar rastro.

Los denunciantes son los herederos ideológicos de aquellos secuaces del dictador, por fortuna ya una fuerza política y social marginal.

Ni siquiera sé, con exactitud, qué se está juzgando en este proceso, pero sí sé que lo que intentaban (intentan) los denunciantes y también los magistrados que les dan pábulo era (es) justamente evitar que salieran (salgan) a la luz los testimonios directos de aquellos hechos.

Hablemos claro. El dictador murió hace 36 años, la guerra terminó hace 73 años...consecuencia: cada vez son menos las personas que sufrieron aquellos hechos y que todavía viven y los que van quedando eran muy jóvenes, niños la mayoría, por lo tanto no estuvieron directamente involucrados en los acontecimientos.

Lo que esta gente pretende es enterrar completamente todo aquello, que no quede ni rastro, que no haya recuerdos, testimonios o lágrimas, pero les ha salido el tiro por la culata, porque gracias a este juicio contra EL JUEZ todos los días conocemos y conoceremos un poco más al detalle lo que pasó...

y lo que pasó es que nos sigue estremeciendo


Saludos,


Isidro