Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Ha ocurrido!!!!!!. Barak Hussein Obama, mulato de 46 años hijo de un musulmán keniano y una mujer blanca nacida en Kansas, ha sido nominado para poder ser elegido presidente de la dictadura mas grande del mundo (EEUU).

El solo hecho, ya imparable al parecer, de que alguien “de color negro” (porque yo también soy de “color” blanco), llegue por primera vez a esta posición en el país de las barras y las estrellas es la hostia, un orgasmo. Otro más grande es de cómo ha cambiado de actitud una sociedad tan rancia y fascista y puede pegar un cambio tan significativo y progresista. Y ya mi multiorgasmo viene cuando esto se produce en medio –o mejor, como rechazo- a la ola ultra conservadora, antipopular y belicista sin precedente implantada en los ocho largos años de George W. Bush en la Casa Blanca.

La república, fundada en 1776 por blancos propietarios de esclavos la famosa frase “todos los hombres son creados iguales” no se refería ni remotamente a los negros. Pasó otro siglo antes que la guerra civil terminara con la esclavitud pero no con el racismo y la discriminación, que continua hasta los días de hoy. A pesar de las importantes conquistas tras tas luchas de los afroamericanos y los blancos progresistas, aún hoy siguen siendo una grave lacra social y cultural que mantiene en la marginalidad a buena parte de la población de origen africano. No son pocos los blancos que todavía afirman que “jamás” votarían por un negro para el máximo cargo gubernamental.

Obama a parte de estar como un tren es un fenómeno muy interesante, brillante estudiante de derecho en Harvard, en lugar de la comodidad de un renombrado bufete prefirió el activismo por los derechos civiles, que lo impulsó a ganar sucesivamente elecciones como diputado y senador en la legislatura estatal de Illinois e inmediatamente después en el exclusivo Senado de Washington, donde es el único negro en la actualidad.

Pero lo más singular de Obama ha sido la capacidad de activar a millones de jóvenes, ausentes de la política en las últimas décadas, y hacerlos creer en la posibilidad de lograr un cambio con su participación. Contrario a recibir fondos de las corporaciones, gran parte de sus finanzas proceden de multitud de pequeñas contribuciones de sus simpatizantes, hecho asombroso en las campañas electorales estadounidenses. Su agenda tiene claros tintes sociales inexistentes hace tiempo en la política del país del norte de América y censura los irritantes privilegios fiscales de los ricos, valorizando el trabajo y los trabajadores como fuente de creación de riqueza.
Lo que menos me gusta es que no se ha comprometido a una retirada total de Irak y su discurso sobre Irán, Palestina, Cuba, Venezuela y América Latina se mantiene dentro de los márgenes del sistema, pero eso sí lejos de la agresividad de Bush/McCain y ha ofrecido el diálogo con Raúl Castro, Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad.

Pero la nación de las barras y las estrellas no saldrá de su crisis estructural y demencial rumbo belicista si no es cortando por lo sano dentro del sistema. Para eso habría que destruir el bushismo, tarea difícil que llevará tiempo y Obama es el único que cuenta con el apoyo y la energía social indispensable para hacerlo………..si es que lo dejan llegar a la Casa Blanca, porque me temo lo peor.

Salud para todos, y para Obama que la va a necesitar más que nadie.

Consuelo.