COMPAÑEROS Corria el año 1959, cuando un ministro del entonces nuevo régimen cubano visitaba Madrid en un viaje no oficial (naturalmente). Durante su visita entró en un comercio de la madrileña calle de Serrano, con la intención de comprar algunos recuerdos para sus familiares y amigos en Cuba. La dependienta de la tienda que le había reconocido, inmediatamente le dijo. -Señor, yo llevo su mismo apellido, parte de mi familia emigró a la Argentina a principios de siglo, quizá seamos familia. Se quedó un momento pensativo, y con una sonrisa en los labiós respondió: -No se señorita, puede que seamos famila, puede que no, pero si ambos llegado el momento de la injusticia, somos capaces de temblar de rabia e impotencia, entonces somos compañeros, y eso es también muy grande
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