Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Corrían los últimos días del mes de agosto de 1980, eran las fiestas de Infantes y esa noche Miguel Ríos tocaba allí, ni que decir tiene que junto a mi novia y otros amigos nos encontrábamos en primera fila. El escenario apenas levantaba un metro del suelo y la barrera de seguridad a unos tres metros de este, hacía que prácticamente nos sintiésemos dentro. Con el paso del tiempo y después de asistir a muchos otros conciertos, he llegado a la conclusión de que aquel fue algo especial, quizás por la predisposición de pasármelo muy bien, ya que Miguel Ríos por aquella época me gustaba a rabiar, quizás por el sitio que tuvimos durante el concierto que hacía que casi lo pudiésemos tocar, tal vez por que el disco que presentaba en aquella gira (Rock and Roll Boumerrang) me lo sabia de memoria, quizás por que después entube tres días afónico de todo lo que canté y grité aquella noche...........Fueron tantas las sensaciones y anécdotas que pasaron aquella noche que aun las revivo con mucha frescura.

Miguel tus canciones me han acompañado durante toda mi vida, si me traslado a mis primeros recuerdos musicales una canción tuya está presente, igual que en mi adolescencia, conforme fueron pasando los años una nueva o varias canciones tuyas se fueron instalando en mi vida y en cierta manera la moldearon. Hoy ya soy un viejo rockero que no tiene la energía de otros tiempos pero que aun se le eriza el vello cuando oye una buen canción y no se corta un pelo de cantar y dar brincos en un concierto.
Que mejor manera de despedirte de tu carrera musical, que con una canción acompañado de unos amigos, aunque no me lo creo del todo y aunque no vuelvas a gravar ni a salir de gira se que algo harás ya que él gusanillo de la música muerde muy fuerte y como infinidad de veces cantaste los viejos rockeros nunca mueren.
Esto es una despedida con clase. Adiós Ríos, adiós.

Josa.