Caperucita, roja no, muy roja y orgullosa. Hace algún tiempo, que son constantes los mensajes que están avivando que la Consuelo se encienda, y mira por donde hoy ha tocado (y he de reconocer que lo estaba deseando). A las nuevas incorporaciones decirles que un día decidí, no contestar a nadie en el foro, (lo hago con quien así lo desea en mi correo)porque contestar y que me contestaran e iniciar una conversación conmigo significaba que aquel o aquella que me contestara pasaba a engrosar la filas de vetados y enemigos de la trouppe manipuladora, fascista de este foro, “..... no caigas en su juego, y no le contestes” “....es engreída no se te ocurra contestarle” “....... que se joda la bollera, comecoños” “.... ojala le metan una bomba en el choto a ella y su pareja” (precioso). Ahora resulta que hay gente que cree que necesitamos tener un pater proteccionista el cual nos vaya dirigiendo y tutelando nuestras actuaciones. Ciertas personas amargadas, desconsoladas y atormentadas de su forma de vivir, se les cae encima el peso de lo cotidiano de lo asquerosamente cotidiano (les compadezco) y su forma de vida (me apiado) trata de la infelicidad que les causa el no poder vivir sin la fijación con alguien, en este caso conmigo. Deberían ya no darse de baja del genero humano, sino que tras de sus patéticos discursos deberían dejar de empaquetar en papel de regalo sus fobias homos, (entre otras). Son personas que en nada va con ellos los cristales rotos nunca han hecho nada o han dicho nada, siempre tienen a quien culpar (tristecillo el tema) nunca recuerdan que el problema principal del mundo es la intolerancia, y odian la felicidad ¿por qué? Porque como no entienden, y no la saben controlar, ella les domina. Criticar ásperamente, silencio llanto, y vuelta a empezar, esa es su liturgia. Cuando alguien se atreve a tachar mi anterior mensaje de cuento, es que no sabe que las agresiones a homosexuales de ambos sexos son ya en este año, cerca de 4.000 y que no solamente una hostia es agresión lo del otro día es AGRESIÓN, vivimos en un mundo donde la racionalidad y la inteligencia no dominan, gracias a personas como ellas, que el peso de lo obligatorio les engaña y les hace olvidar su impotencia y desidia. A propósito, lo de caperucita, muy acertado, pero lo de Roja, siiiiiiiiiiiiiiiiiii y con mucho orgullo. Un cuento............... menudo cuento Salud para todos Consuelo.
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