LA TELEVISION ES NUTRITIVA.... Cuando yo era pequeña, mis papis no tenían tele. Subíamos por las noches a verla a casa de nuestro vecino Pere. Y me llevaban con ellos, claro, (buena era la Consolita para dejarla sola). Al acabar la emisión, salía Franco y entonces yo cogía unos berrinches tremendos y me bajaban por las escaleras pataleando y llorando. Mis papis interpretaban que yo tenía manía a Franco, pero no necesito a Freud para saber que lloraba aparte de verle la cara al besugo, porque se acababa la televisión Años después he visto en la tele estupendas adaptaciones de Dostoievsky (¡qué inmenso Emilio Gutiérrez Caba en "El idiota"!), Henry James (Enriqueta Carballeira en "Las bostonianas") o Charlotte Brontë (¡qué miedo pasé cuando Jane Eyre se puso su velo de novia!). Por no hablar de Sancho Gracia haciendo de D'Artagnan, que eso sí que era heroína para la infancia. Sinceramente creo que, si me gusta la literatura, es gracias a "Novela" y a "Estudio 1". Y todo todito el cine clásico me lo he visto yo en la tele. ¿O creéis que en el cine de mi barrio “El rosales” programaban "El acorazado Potemkin"? Además, para cualquiera que tenga una mínima veleidad literaria y capacidad de escándalo, la tele no tiene precio. Mirad lo que dice Roger Wolfe en "Oigo girar los motores de la muerte": ... tengo que reconocer sin ningún pudor que disfruto (...) de los llamados programas-basura. Son impagables para un escritor. Reflejan con todo su patetismo e intensidad el esplendor y la miseria (...) del género humano y su irrisoria condición. Y todo ello sin que tenga uno que moverse de casa. En fin, que no creo en absoluto que lo literario sea enemigo de lo audiovisual. Otro día hablaremos del des.....precio intelectual por el puro entretenimiento. Es mucha tela y hoy no tengo ganas. Mirar, voy aprovechar y poneros una poesia de Wolfe, se titula “Las palabras”, no es poeta para algunas mentes opusdianas, casposillas, y aznarianas de este foro, podría herir sus andra.. josas sensibilidades, porque no escribe con el corazón escribe con su mondongo y con sus tripas. Pero..... para el resto de personas normales pertenecientes a este foro, leedlo por favor sino habéis tenido la oportunidad de leerlo, no tiene perdida “Hablando de pintura con un ciego” y “Vela en este entierro” y para partirse “Nada de esto te viene en el manual”. Las palabras son inútiles, tercas, retorcidas como tornillos que no entran rectos. Y me cansan. Pero son lo único que tengo. Los juguetes de un niño pobre. Yacen destripadas a mi alrededor. Todo su encanto se derrama por sus vientres abiertos. El mecanismo hace tiempo que dejó de resultar intrigante o atractivo. No hay desafío. No hay chispa. No hay color. El mundo es tan gris como mi as..co. Las palabras son los puntales de mi abulia. Pero son –lo he dicho, lo repito– lo único que tengo Salud a todos. Consuelo.
|