Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Cuando eres un niño la mayoría de estas leyendas te las crees de verdad, con el paso del tiempo las vas olvidando y poco a poco descubres que son solo eso leyendas.
En el pueblo existen varias y supongo que existirían más, pero el paso del tiempo habrá borrado muchas de ellas.
Existía la leyenda de “La Cantamora” y hasta existe una cueva llamada así, también la del cerdo que se metió en la cueva de Benito y salio en el calar. También la leyenda de Escamilla, cuyo cuento tiempo atrás lo escribí en el foro, me lo contaba mi madre que a su vez a ella se lo contó la suya y así generación tras generación se fue contando.
Cuando era niño en el calar había una piedra que al golpearla con otra sonaba parecido a una campana, a esa piedra la llamábamos, La piedra encantada, ni que decir tiene que nuestra ávida imaginación de niño nos hacia creer que por algún u otro motivo alguna persona se había convertido en piedra a causa de un encantamiento.
Si el Tiro viera y la Víbora oyera no hubiera hombre que al campo saliera. Este dicho aun se recuerda. Yo he salido mucho al campo y me he documentado y jamás he visto el dichoso “Tiro”, ni nadie me ha sabido decir que animal es, por lo que dice el refrán tiene que ser un animal ciego, aunque también dice que la Víbora es sorda. En Europa solo existen dos clases de serpientes venenosas la Víbora Cornuda y la Víbora Hocicuda, esta última es la que aquí se conoce como “El Setón”
Otro animal mitológico es “La Alicantara” según los dichos del lugar este animal es una culebra venenosa que se sube a los chaparros y colgándose por la cola se balancea y es capaz de este modo de saltar de árbol el árbol y se deja caer en lo alto de las personas para morderles en el cuello.
Después de matar a pedradas un Sapo también llamado en el pueblo Rano ó Escuerzo tenías que apretar bien los labios ya que si el Sapo en sus últimos momentos de vida te contaba los dientes al día siguiente tu también morías.
Cuando en los meses de verano se formaba un remolino de aire y avanzaba hacia ti, solo tenias que hacer una cruz con los dedos para que dicho remolino se desvaneciese o cambiase de rumbo.
Cuando callejeando te encontrabas un perro cagando, solo tenias que recitar varias veces, San Pedro, San Pedro que no cague el perro, y este como por arte de magia dejaba de cagar.

JOSA.

Pedro; Esa leyenda de la cueva de “La Cantamora” con el rey moro y las hijas no la se, pero la de “Escamilla” si, ya comento que un dia la escribí aquí en el foro, me he puesto ha buscar y después de un buen rato la he encontrado, está escrita el 16-01.07 en respuesta del mensaje de Isidro “VALE, DESPUES DE LOS SERMONES” si quieres entretenerte y buscarla ya sabes por donde anda.

Saludos. JOSA.