Comida para Gatos. Es la época de abundancia para los gatos. Cantidad de Gorriones, Tordos, Palomas… que días atrás anidaron ya tienen poyos que empiezan ha volar y muchos de ellos caen del nido siendo demasiado jóvenes para después levantar el vuelo. Presa fácil para los gatos que en muchos casos son hembras que están criando y puede llevar carne fresca a sus cachorros. Hace ya mucho (demasiado) tiempo no lo tenían tan fácil, los gatos tenían que competir con unos depredadores mucho mas temibles e insaciables que ellos. Una legión de chiquillos que armados con sus bien equilibrados “Tirachinas” recorría las calles del pueblo y pajarillo que asomaba la cabeza del nido debajo de la teja, era abatido de un certero chinazo, no le daba tiempo ni a caerse del nido y aquellos que conseguían abandonar el nido volando tampoco estaban a salvo ya que se tenían que refugiar en los árboles del pueblo donde el piar los delataba y una vez localizado pasaba a formar parte de la dieta de pajarillos fritos. Los olivares de los alrededores del pueblo así como los desaparecidos “Almendros de Coronado” y los “Árboles del Tío Alicio” eran los lugares de cacerías pero teníamos que tener cuidado del guarda Remigio, que mas de una vez nos puso en “corria” aunque yo creo que muchas veces prefería estar tranquilo sentado a la sombra en vez de correr persiguiendo chiquillos por los olivares, y además con el calor que ya hace por las tardes en estas fechas. Los “Tirachinas” en nuestras manos eran muy precisos, se podía hacer fácilmente blanco a una caja de cerillas a una distancia de 15 metros. Su construcción también era sencilla, una horquilla de la bifurcación de una rama de olivo, dos ligas de una recamara vieja de bicicleta y un trozo de cuero blandito, de la lengüeta de un zapato viejo, artesanía pura y dura, además algunos labraban y pintaban la madera de la horquilla siendo el resultado final mas elaborado. Ningún pájaro se encontraba a salvo excepto las Golondrinas, ya que esta ave insectívora tenía una leyenda en la que se decía que cuando Jesús estaba en la cruz le quitaron las espinas de la corona, y así pasaba que jamás se mataban ni se destruían sus nidos y eso que eran y son bien visibles, ya que no les importa anidar en nuestras casas, dentro de cualquier porchado que tengamos, o una cámara que tenga una ventana abierta es un sitio perfecto para criar y al siguiente año y sucesivos volverá y anidará en el mismo sitio. JOSA.
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