Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Hay una anécdota muy conocida de Napoleón que según parece sucedió antes de la batalla de Austerlitz. Mientras todos esperaban con tensión el inicio de la batalla, Napoleón -que siempre tuvo complejo de bajito, lo que le llevaba según dicen a calzar una especie de plataformas en sus botas para ganar algo de estatura- se entretenía paseando por las cercanías del campo de batalla. Vio un frondoso manzano preñado de fruta y se acercó a coger una para comérsela allí mismo. Pero al intentarlo se dio cuenta de que no llegaba ni siquiera a la rama más baja, por lo que no alcanzaba ninguna manzana.
Pasaba por allí un oficial de alta graduación del cuerpo de granaderos que, al ver sus intentonas fallidas, se acercó y le dijo:
- Permítame, emperador, que yo soy más grande.
A lo que Napoleón contesto mirándole fríamente:
- Más grande que yo no, será que es usted más alto.
Y es que la vanidad y ambición del emperador era muy alta.