Puebla del Príncipe - Ciudad Real

Siempre lo conocí viejo, pero cuando en las fiestas de Terrinches pasábamos a su lado y no habían pasado tantos años (apenas ocho) ya estaba tan mayor que no nos conocía. Sentado en la puerta del “Estanco” (su casa) tembloroso, muy delgado (siempre lo fue) con la vista y el entendimiento ya muy perdidos, observaba el pasear de la gente en su pueblo en fiestas. Alguna vez me paré a saludarlo y aunque sonreía ya no me conocía.
D. Manuel, o D. picante como le llamábamos a escondidas, llegó de Maestro al pueblo en el 61 ó 62 estuvo un año en las escuelas de la plaza y otros seis ó siete en las escuelas del calar. Alto, delgado, huesudo, pelo blanco peinado para atrás, siempre con traje y corbata, llegaba a la escuela unos minutos después de las diez, llegaba en la “viajera” que continuaba hasta Valdepeñas, cuando el maestro llegaba todos estábamos dentro de la escuela esperándolo, el crujir de los granos de arena pegados en sus inmaculados zapatos negros de suela fina, al pisar las baldosas, delataban su llegada.
-Buenos días. –Buenos días, contestábamos a coro toda la chiquillería. Se sentaba y encendía uno de los innumerables cigarrillos que se fumaba a lo largo de la mañana, fue un fumador empedernido y así lo delataba los dedos de su mano izquierda, especialmente el dorado de la uña del dedo índice, así como los dientes del mismo color. Fue famosa su pregunta de ¿Cuántas espuertas de tierra tiene el cerro Conejero?
Como en Terrinches regentaba un estanco, algunos días mandaba a un alumno de los mayores a comprar tabaco y sellos, este por cartones y los sellos por pliegos. Después al salir de la escuela a medio día, comía en casa de una vecina (la Francisca) que todos los días le preparaba la comida. Ya por la tarde a las tres empezaban las clases de nuevo y cuando llegaban las Cuatro y media mandaba a un alumno hasta donde empieza la calle del Aire que se puede ver toda la carretera hasta “el Cuco” y cuando asomaba la “viajera” por allí salía corriendo, llegaba a la escuela y le decía al Maestro. -¡Ya viene! Entonces el maestro se bajaba por un sendero (no había edificaciones) que terminaba en la curva de entrada al pueblo por la carretera de Almedina, y un poco mas abajo del Cementerio Viejo (hoy parque semi abandonado) montaba en la Viajera, que unos días esperaba esta y otros el Maestro y le llevaba hasta Terrinches, para al día siguiente repetir la misma operación.

JOSA.

.....que no aporto nada nuevo cuando digo, como la mayoría hemos reconocido anteriormente, de tus dotes innatas para la descripción de pasajes y parajes (no confundir) de la vida poblata de años a.

Cada escrito que aportas al foro amigo Josa es una piedra con la que se reconstruye poquito a poquito éste sitio que tantos varapalos sufrió en tiempos pasados.

No me gusta regalar oidos, ojos en este caso, ni repartir parabienes gratuitamente pero lo tuyo, y lo digo una vez más, es un ejercicio de sabiduría y buen hacer de algo y por algo en lo que crees y nos lo demuestras de forma sencilla, amena y constante.

Recibe un cordial saludo, abrazo y de igual manera para esa encantadora persona que es tu Señora.

Saludos,


Isidro

hola josa me gustan vuestras historias,desde luego no me equivoco diciendo que es el mejor foro de los alrededores,he echado un vistazo al foro de montiel y solo sirven para ponerse verdes unos a otros,nada que ver con este foro.
un saludo a todos los poblatos sois los mejores.

No se trata de ser el mejor o el peor, ni de escribir bien o mal (cada cual escribe como sabe, como puede ó como quiere, y no hay que sentir complejo por ello) se trata de escribir y animar este sitio.
Yo al mismo tiempo que el escribir me sirve de distracción y me gusta (quien lo diría, en mi época de estudiante siempre suspendía lengua) voy recordando y recopilando anécdotas de mi infancia, así como recuerdos y situaciones divertidas de poblat@s que ya no están con nosotros, y en las que l@s que somos del pueblo nos sentimos un poco identificados.
A través de este foro he conocido y he hablado con personas que no conocía, y es muy agradable cuando alguna vez te encuentra con alguno, por ejemplo este verano una mañana coincidí con Mairena y esposo y casi nos dan las cinco cerbeceandonos y charlando animadamente, y en la romería con Isidro y esposa así como con Juana y esposo, Nazario, El Llanero, Luisa y alguien mas que por allí andaba, pues también nos saludamos y cerbeceamos pasándolo bien. De Manolo no digo nada, ya que esta por aquí a cada momento y cada vez que coincidimos nos saludamos. Y para l@s demás si alguna vez estáis por el pueblo ya sabéis, ¡por aquí andamos!

Saludos. JOSA.