Puebla del Príncipe - Ciudad Real

El rojete solía exponer con gran orgullo productos cosechados por él mismo en los extremos superiores del marco de la puerta de su tiendecita, a fin de dar fe a todos los posibles clientes del buen género que se podía adquirir en su comercio. Recuerdo un descomunal tomate, la gran satisfacción del rojete al exhibir dicha joya biológica. Un grupo de adolescentes decidió mofarse y acabar con aquel fetiche; ni cortos ni perezosos entraban en la tienda numerosas veces so pretexto de cualquier excusa con el objeto de pinchar con un palillo el tomatazo que coronaba la puerta; cada vez que uno de ellos entraba... zás! dardazo al tomate, así una y otra vez durante toda la tarde; el tomate acabó siendo la caricatura de una triste muñeca a la que le realizan budú. Ya bien entrada la noche, rojete comienza a desmontar el tenderete y cuando llegó a su preciado tomate casi le da un pasmo.Tal fue la rabia y el desasosiego que le produjo, que inició una busca y captura para dar cepo al terrorista palillero; el que peor escapó fue Olivo, se presentó en su casa y montó la de san quintín... pero eso ya que lo cuente él...

Zahora,tendriamos bueno yo tenia uns 12 ó 13 año y no fue tal y como lo cuentas aunque muy parecido, lo de los palillos fue a ultima hora, al principio cuando estabamos tres yo dije con la navaja del cortauñas y dejarlo, darle 4 ó 5 pinchazos y dejarlo y a otro dia cuando le diese el sol se pondria que daba pena, los que se quedaron clavaron palillos y fue cuando se dio cuenta.
Y sí fue a mi casa, y se puso, diciendo todo lo malo que era,ya que solo me conocio a mi y le dije que los otros eran forasteros y ya esta.
yo no voy a decir quienes fueron los otros dos, que los diga zahora que los conoce muy bien, o no?.
Bueno esto es todo.( Olivo)