CAPITULO PRIMERO 4 Paleontológicamente se detecta un sustrato de poblaciones de remoto origen meridional o ibérico, que se mantendría gracias a los contactos con el sur y el este, y que se habría mezclado con poblaciones indoeuropeas que lingüísticamente pertenecen a una capa no diferenciada o precelta. No mucho antes del siglo VIII a.C. se comenzaron a introducir una serie de influjos meridionales, tal vez en relación con la creciente irradiación del foco cultural tartesico. Harán su aparición nuevos tipos de poblados, así como nuevos ritos funerarios de incineración, la introducción de la siderurgia o las cerámicas relacionarles con el área cultural surgida en torno al Bronce Final en las tierras altas limítrofes al Sistema Ibérico. Al parecer contaban con un sistema económico bastante más diversificado que los pueblos colindantes, pues aunque su base era la agricultura (como lo demuestra el que en el 146 a.C. Viriato les impusiera un tributo en trigo, en vez de robarles su ganado, como hizo con los segobrigenses y los celtiberos ), pero, además, contaban con un cierto nivel de ganadería, sobre todo de capridos, y también explotaban ciertos minerales, los que se daban en su zona, sobre todo oro y plata, debido a que el hierro y el cobre se dan en la parte norte de la Meseta.sus hombres eran empleados como mercenarios de otras poblaciones tenemos la certeza de que estos pueblos vivian en las partes altas de las sierras por lo que el primer poblado debio de estar en la conocida plaza de los moros , o al menos ser el nucleo urbano con mas densidad de poblacion. no hay aun un estudio de su religion ,aunque pudo ser de origen celta o al menos parecida.
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