De reparto con Bonillo Bonillo ha madrugado hoy. Anoche, con Casimiro tuvo trabajo hasta tarde. Estaban cantando en el bar de Porfirio, los mineros que eran muy aficionados a ello, por Mairena, por Antonio Molina, por Farina…. y otros cantaores. Beben en su mayoría vino, porque cerveza, hay poca y cara. Las voces se oían desde la plaza. Casimiro en una esquina y Bonillo en otra, pues no se hablaban, aguardaban para que no hubiera incidentes. Caminaron hasta la esquina de Montes, en la plazoleta, desde allí se oían gritos y cantes en el bar de Carabina, los cantes eran igualmente de los mineros, que eran muy aficionados al flamenco, como ha dicho antes, siendo estos cantes, uno de los recuerdos más común que tengo desde niño. Después de un rato en las puertas falsa de los Maximinos siguieron su recorrido, por la calle del Calvario hasta el bar de Leo. Uno por cada una de las aceras, que digo aceras, de los hastíales de las casas. Iban vestidos con un pantalón de paño y un jersey, sobre el cual llevaban el correaje y de cuyo cinto colgaba la porra, con una gorra de plato símbolo de su autoridad. En el bar de Leo, había varias partidas de truque, las voces se oían desde las escuelas, ¡truque! ¡retruque! ¡Valen seis! ¡Valen nueve!..... Esperaron en la esquina de la zapatería de Pelayo. Todo se desarrolló con normalidad. La noche cerró sus puertas y poco a poco la gente se retiró a sus casas. La tranquilidad era absoluta. Casimiro y Bonillo también se retiraron. Pero Rivilla había dejado una saca con muchas cartas para repartir. La Trini las ha puesto en orden. Bonillo ha tenido que madrugar como decía. Con su cartera de cuero al hombro y un paquete de cartas en su mano izquierda, ha comenzado su reparto. En el camino a la plaza ha pasado a casa de la Peñona, seguro que su hijo el médico ha escrito a su madre. Ha dejado varias en la tienda de la Antoñita y otra en la pescadería de Luisito (huracanes). Pasó por alto la tienda del Tordo, la casa de Desi, la de Purica, la de Pedro Barato, la de Fernando y la tienda de Alejandrito. En la esquina ha entrado en la casa de la ….. y en la de Dámaso no ha parado, ni en la “taberna” de la Presenta(allí sentado en la cocina estaba el tío Cazuela), ni en los Corderos . Ha entrado en la tienda del Chato (Ramón) y se ha parado en la esquina de teléfonos a hablar con Eulogio. Allí había varios hombres tomando el sol, pero a ninguno le ha entregado carta. En la plaza había varios chavales jugando a las bolas. Las bolas eran de barro la mayoría, alguno las tenía “marmas” (como de granito) y las “cristalinas”; y con ellas jugaban al “gua” y al “triangulo”.El primero era un juego que consistía en meter la bola en un hoyo o “gua” desde una distancia marcada, el que ganaba se le pagaba con bolas “barras” y éste, el triangulo, era más complicado y competitivo; se ponía en un triángulo marcado en el suelo, una bola en cada vértice y en el centro otra con un patacón apoyado; el juego consistía en sacar las bolas del triángulo desde una distancia marcada con una raya a un par de metros del triangulo. Todos con los pantalones cortos y los zapatos rozados, los codos y las rodillas negros de….suciedad. Bonillo cruzó por la puerta de la Cachamarra, la Clara estaba en la puerta y a ella le preguntó por Palomeque, “está en el pantano”, contestó la Clara. La casa de Santiago Pérez esta cerrada, estos vienen sólo a las fiestas, y en la de Manolo Vozmediano, vive su madre la Santa, una mujer muy mayor. Giró por la puerta de D. Gerardo y bajó al casino. Allí dejó el Lanza a Baldomero Becerra, que era el conserje de la época. Al salir mira el paquete que lleva en la mano y se da cuenta que tiene que subir a la tienda de Alejandro, no había visto un certificado que llevaba en la mano. De regreso, baja por la carnicería del “Temoso”, la sindical y toma la carretera a la derecha, dejando la botica de D. Manuel Gómez-Rico. Pasa por la puerta de Purica y Genaro, por la de Agustín Hernansanz, por la de Benito y Eloy y se mete en casa de Alejandro el negrete. Enfrente la tía Juana y su hijo Vicente Camacho, no han recibido carta hoy, ni las médicas, que son dos mujeres mayores, tías de Vicente Camacho y vestidas siempre de negro que solo salen a Misa y que a los muchachos nos daban algo más que respeto. Más allá, Machaco está sentado en la puerta de su casa, con una botella de vino al lado de la silla y una perrilla sentada a su vera. En el badén, gira a la derecha “pa” arriba hacia el cuartel y no visita las calle de las eras, por lo que no deja correspondencia a Jesús Vallejo ni a Graciano Belmar; tampoco a José Rosa ni a su sobrino Graciano y su mujer Antonia; se saltó a la Umbelina , Pedro “petaca” y su mujer la hija de la Fausta, el recadero y Ana de “caraquemá”, la Mónica, la Benigna y la Biembe de carneril. No fue a la casa de Magdaleno y la Agustina ni al “Chambra”, ni a “Fransuan”, ni a la del “Pinchino”, ni a Demetrio, ni a Martín “barreno” y su mujer Teresa. Frente al cine/baile de Getulio, había otro badén y en él los chavales jugaban al “piti”. Este juego se practicaba con una madera a modo de raqueta (hecha a mano de una tabla) y un trozo de palo de 10cm. aproximadamente, afilado como un lápiz en sus dos extremos y consistía en dar en una de las puntas para hacerlo saltar y una vez en el aire con la tabla se golpeaba para mandarlo a la mayor distancia posible, midiendo esa distancia con la longitud de la tabla, de cuatro en cuatro largos (cinco, diez, quince, UNO; cinco , diez, quince DOS y así sucesivamente). Bonillo sube hacia el cuartel de la Guardia Civil y se ha saltado también la calle de los Huertos por lo que no visitó a la “Reluce” ni a Ignacio el de toriles y su mujer la hija de Calixto, Joaquinillo, Evangelista el zapatero y la Vicenta hermana de la Marian. Pasó por delante de la casa de la Virita y de Bautista, también zapatero, y de Gabino e Higinio. Ha subido por la calle de la Iglesia y se ha saltado la de atrás donde viven la Rosario y la Isidra (la ronquilla), la Cuca, la Corrala, el Cano, la Delfina, Tarima, la Rafaela y Benito y la Maria Paz. Ha subido toda la calle de la Yglesia sin parar, saltándose la casa de “Chocolate”, Bautista, Modesto y Santiago, Casimiro, la Micaela , Alejandrito, Ignacio y la Herminia, el tío Juan “Tabarra” y su hijo Edmundo, la María de “pelos” , Cristeto y la Isidora, Polis, Moisés y Pepe de la Sebastiana y ha llegado a la Iglesia girando a la izquierda para ir a casa de “Cabezas” y de la ”Patatera”, después ha vuelto hacia la plaza saltándose la calle del Castillo y las casas de Calixto y Valentín “el enterra”. En la puerta de la Iglesia hay muchachos jugando a la “pídola”; para lo cual uno se agacha recogiendo la cabeza con las manos, mientras que los demás saltan apoyándose en su curvada espalda y a su paso se puede aplicar un “lique” o “espolique” que consiste en una patada aplicada al culo en el centro del salto; si la patada se aplica con el tacón y en la “corcusilla” no hay mas remedio que quejarse del dolor. Este juego era muy practicado en invierno, cuando llovía, en los portales del Ayuntamiento, junto con la “taba” que consistía en tirar al aire la “taba”, que era un hueso de la rodilla de los cerdos y según caía así se hacía. La “taba” tiene dos caras amplias”el hoyo” y la “panza”, el primero recibe castigo y el segundo se libra y otras dos caras estrechas, una más rugosa, que es el Rey y manda el castigo; y otra lisa, que es el verdugo, que lo aplica. El castigo son “lapres” es decir golpes con la correa en la mano. Si la punta del cinto sobrepasa la mano y golpea en las venas de la muñeca hay derecho a protestar. Hoy dejamos a Bonillo en la Plaza. Otro día lo acompañaremos al resto el reparto. Por favor, sed felices y haced felices a los que tenéis al lado. Que Dios os bendiga y a mi no me olvide.
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