Manzanares - Ciudad Real

Cuantas veces, apoyados delante de una máquina, en un bar, lleno de gente, hemos sentido cuando estamos jugando que estábamos solos, cuantas veces nos ha parecido que allí no había nadie más, como si de un duelo del lejano oeste se tratara éramos la máquina y nosotros frente a frente, incrédulos de nosotros que nos decíamos hoy te venceré, hoy no vas a poder conmigo, y al final volvíamos nuevamente a perder, volvíamos a sentir en nosotros el vacío de la derrota.
Pero si esa soledad se quedara en ese bar, y cuando saliéramos al mundo exterior nos encontrásemos que no estábamos solos, quizás tendría un pase la misma, pero incrédulos de nosotros, cuando salíamos abatidos, derrotados seguíamos solos, seguíamos en la soledad del jugador, llegábamos a casa y seguíamos solos, aunque nos hablara nuestra pareja de los problemas de la casa, de los hijos, no estábamos allí, nuestra mente seguía pensando en la derrota y en que mañana volvería el duelo y entonces ganaría la pelea.
Por suerte muchos de nosotros decidimos un día apartarnos de esa soledad, decidimos dar un paso al frente tirar nuestras armas y decir tu ganas, me has derrotado, busca otra victima que yo me retiro, ese día se encendió la luz, empezamos a ver a la gente a nuestro alrededor, empezamos a sentir y a comprender que había vida fuera de las luces y la música, ese día dejamos a un lado la soledad para comenzar un camino de integración un camino de compartir ilusiones, un camino hacia la esperanza.
Ojala ese camino sea largo y productivo para todos los que como yo un día decidimos dejar la soledad del jugador y empezar a vivir con los que realmente nos quieren y nos aprecian, si tu amigo que lees esto quieres salir de la soledad, da el paso firme al frente, se valiente y no desfallezcas en la lucha.
Un abrazo a todos los que luchan.
JOSE HERRERA RAMIREZ