Manzanares - Ciudad Real

Leo en la prensa que el Ayuntamiento de la población Ciudadrealeña de Villamayor de Calatrava (PP) ha decidido cambiar el nombre de algunas calles por estar dedicadas a personas que no son conocidas o que no han aportado nada al pueblo. Los nombres a sustituir entre, otros, son: Pablo Iglesias, Enrique Tierno Galván y Pablo Neruda. Han dicho esta burrada y se quedan tan anchos.

En lo de Iglesias y Tierno no entro, pero calificar a Pablo Neruda de no conocido o de no aportar nada al pueblo, es de buuuurros. Para conocimiento de estos ignorantes, Pablo Neruda es el poeta más buscado en internet, obtuvo el premio Nobel en 1971, fue doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford. Su obra es una aportación universal a la cultura -por ende a ese pueblo también-, estando considerado uno de los mejores poetas que ha dado la Humanidad. El pecado de Pablo Neruda para estos ignorantes/intolerantes es haber sido comunista, algo que por otra parte le honra. Y haber colaborado con la II República Española durante nuestra Guerra Civil.

Modestamente quiero homenajear a este gran poeta, insertando este bonito poema en el mail.

ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



Pablo Neruda.

Producto de la ignorancia, sin ausencia de soberbia.