Manzanares - Ciudad Real

Por fin alguien se atreve a hablar claro respecto al cuento de Sotomayor y la intervención, supuestamente milagrosa de Jesús del Perdón.
Los de la cofradía han metido la pata con lo del bicentenario que apenas alcanza el centenario. El monumento y la placa falsa nos han costado el dinero a todos los contribuyentes. Ahora habrá que quitarla o corregirla y mas dinero. Que torpes. Y las autoridades colaborando.

Esas personas, acertadamente o no, han luchado mucho por el reconocimiento de ese bicentenario en el que mucha gente cree y por hacer cosas por el pueblo.
Y el ayuntamiento ha echo lo que debía, apoyar a un grupo (muy numeroso, por cierto) de ciudadanos en su labor, que es positiva tambien para el pueblo.

En cualquier caso, el monumento está ahi, sea cierto o no lo del bicentenario, y es una buena imagen, la del dialogo y la ayuda, inspirando paz, para aquellas personas que nos visiten.

Y no tengo nada que ver con la hermandad, pero me molesta bastante que los "listillos" que nunca hacen nada por nadie encima se quejen de lo que hacen las pocas personas con iniciativa de nuestro pueblo.

Jesús

Esos listillos saben más Historia que tú y se preocupan por darla a conocer y enseñar al que no sabe. Por cierto "tontorrón" hecho se escribe con hache.

me parece que una leyenda popular, donde no existen datos fiables de lo que realmente ocurrio, teniendo en cuenta que fue tomado por los vecinos como una rendicion, que despues de la victoria nacional fue mas humillante, ¿puede que lo que realmente ocurrio fue menospreciado en su epoca y se taparan los documentos que relataban los hechos?¿y que 200 años despues se quiera sacar de nuevo de contesto?.
lo que me parece una tonteria que 200 años despues, se sigan ensalzando historietas y batallas, que nos deberian de dar verguenza el solo recordarlas, no mas guerras porfi.

En primer lugar es bastante sospechoso que el gesto de Sotomayor no fuera respaldado por el resto de autoridades.Por otra parte es bastante probable que al finalizar la guerra, en un ambiente de euforia victoriosa, el gesto del párroco pudiera ser considerado como una claudicación ante el enemigo; como un acto humillante que convenía ocultar y olvidar. De hecho no fue recogido por ningún historiador. Fue medio siglo más adelante cuando el cuento de la salvación de la villa se extendió, alimentado por el fervor religioso, dando lugar al mito.
Los manzanareños no deberían hacer del famoso encuentro de Sotomayor con el general francés el signo de identidad del pueblo. Otros eventos, tales como la redacción del Manifiesto que logró cambiar el signo político del gobierno de la nación, sí tendrían que llenarnos a todos de orgullo patriótico.