Trinidad: Término teológico que desde el 200 A.d.C. denota la doctrina central del cristianismo: Dios, que es uno y único en su sustancia o naturaleza infinita, es al mismo tiempo tres personas distintas: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.
Hay un solo Dios que es El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Pero Dios Padre no es Dios Hijo, sino que eternamente engendra al Hijo, como El Hijo es eternamente engendrado. El Espíritu Santo no ni El Padre ni El Hijo sino una persona distinta que procede eternamente del Padre y del Hijo. Las tres personas reciben una misma adoración y gloria.
La palabra "Trinidad" no aparece en la Biblia pero si aparece el concepto Cf. Mt. 28,19.
La palabra fue por primera vez utilizada por Tertuliano
La Trinidad explica la vocación de la humanidad a formar una sola familia
«Dios no es soledad, sino comunión perfecta», recuerda al rezar el «Ángelus»
La Trinidad / San Juan Pablo II, 15 junio 2003
«la Unidad y la Trinidad de Dios es el primer misterio de la fe católica».
«Dios no es soledad, sino comunión perfecta. Del Dios comunión surge la vocación de toda la humanidad a formar una sola gran familia, en la que las diferentes razas y culturas se encuentran y se enriquecen recíprocamente».
A la luz de esta verdad fundamental de la fe se comprende la gravedad de todas las ofensas contra el ser humano.
Me gustaría que si alguien está interesado conozca de dos personas totalmente “autorizadas” lo que este Misterio significa
Padre Pío de Pietrelcina (fue un fraile, sacerdote estigmatizado, y místico de la católica, de la Orden de Frailes Menores Capuchinos . El Padre Pío se hizo famoso porque llevó los estigmas de la pasión durante la mayor parte de su vida, lo que generó mucho interés y controversia en torno a él. Ahora es venerado como santo en la Iglesia Católica. Fue canonizado por el Santo Juan Pablo II el 16 de junio de 2002)
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" ‘Padre, no he venido a confesarme sino para que me aclare algunas dudas que me atormentan. Me turba, sobre todo, el misterio de la Santísima Trinidad’.
El padre, con sencillas palabras, comenzó a disipar las dudas: "Hija, ¿quién puede comprender y explicar los misterios de Dios? Se llaman misterios precisamente porque no pueden ser comprendidos por nuestra pequeña inteligencia. Podemos formarnos alguna idea con ejemplos. ¿Has visto alguna vez preparar la masa para hacer el pan? ¿Qué hace el panadero? Toma la harina, la levadura y el agua. Son tres elementos distintos: la harina no es la levadura ni el agua; la levadura no es la harina ni el agua y el agua no es la harina ni la levadura. Se mezclan los tres elementos y se forma una sola sustancia. Por lo tanto, tres elementos distintos forman unidos una sola sustancia. Con esta masa se hacen tres panes que tienen la misma sustancia pero distintos en la forma el uno del otro. Eso es, tres panes distintos el uno del otro pero una única sustancia.
Así se dice de Dios: Él es uno en la naturaleza, Trino en las personas iguales y distintas la una de la otra. El Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Son tres personas iguales pero distintas. Sin embargo, son un solo Dios porque única e idéntica es la naturaleza de Dios".
Padre Raniero Cantalamessa (Nació en Colli del Tronto , Italia el 22 de julio de 1934. Fue ordenado como sacerdote en la orden franciscana capuchina en 1958. Posee el grado de doctorado en Teología y en Literatura Clásica . Anteriormente desempeñó sus funciones como profesor de Historia antigua cristiana y director del Departamento de Ciencias Religiosas en la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán, dimitiendo en 1979. Cantalamessa también fue miembro de la Comisión Teológica Internacional de 1975 a 1981. Fue nombrado Predicador de la Casa Pontificia por San Juan Pablo II, continuó con Benedicto XVI y sigue en la actualidad con el Papa Francisco)
“En el Evangelio, procedente de los discursos de despedida de Jesús, se perfilan en el fondo tres misteriosos sujetos inextricablemente unidos entre sí. «Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa... Todo lo que tiene el Padre es mío [¡del Hijo !]». Reflexionando sobre estos y otros textos del mismo tenor, la Iglesia ha llegado a su fe en el Dios uno y trino.
Muchos dicen: ¿qué enigma es éste de tres que son uno y de uno que son tres? ¿No sería más sencillo creer en un Dios único, y punto, como hacen los judíos y los musulmanes? La respuesta es fácil. La Iglesia cree en la Trinidad no porque le guste complicar las cosas, sino porque esta verdad le ha sido revelada por Cristo. La dificultad de comprender el misterio de la Trinidad es un argumento a favor, no en contra, de su verdad. Ningún hombre, dejado a sí mismo, habría ideado jamás un misterio tal.
Después de que el misterio nos ha sido revelado, intuimos que, si Dios existe, no puede más que ser así: uno y trino al mismo tiempo. No puede haber amor más que entre dos o más personas; si, por lo tanto, «Dios es amor», debe haber en Él uno que ama, uno que es amado y el amor que les une. También los cristianos son monoteístas; creen en un Dios que es único , pero no solitario. ¿A quién amaría Dios si estuviera absolutamente solo? ¿Tal vez a sí mismo? Pero entonces el suyo no sería amor, sino egoísmo, o narcisismo.
Desearía recoger la gran y formidable enseñanza de vida que nos llega de la Trinidad. Este misterio es la máxima afirmación de que se puede ser iguales y diversos: iguales en dignidad y diversos en características. ¿Y no es esto de lo que tenemos la necesidad más urgente de aprender, para vivir adecuadamente en este mundo? ¿O sea, que se puede ser diversos en color de la piel, cultura, sexo, raza y religión, y en cambio gozar de igual dignidad, como personas humanas?
Esta enseñanza encuentra su primer y más natural campo de aplicación en la familia. La familia debería ser un reflejo terreno de la Trinidad. Está formada por personas diversas por sexo (hombre y mujer) y por edad (padres e hijos), con todas las consecuencias que se derivan de estas diversidades: distintos sentimientos, diversas actitudes y gustos. El éxito de un matrimonio y de una familia depende de la medida con la que esta diversidad sepa tender a una unidad superior: unidad de amor, de intenciones, de colaboración.
No es verdad que un hombre y una mujer deban ser a la fuerza afines en temperamento y dotes; que, para ponerse de acuerdo, tengan que ser los dos alegres, vivaces, extrovertidos e instintivos, o los dos introvertidos, tranquilos, reflexivos. Es más, sabemos qué consecuencias negativas pueden derivarse, ya en el plano físico, de matrimonios realizados entre parientes, dentro de un círculo estrecho. Esposo y esposa no tienen que ser «la media naranja» uno del otro, en el sentido de dos mitades perfectamente iguales, sino en el sentido de que cada uno es la mitad que le falta al otro y el complemento del otro. Es lo que pretendía Dios cuando dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada» (Gn 2,1

. Todo esto supone el esfuerzo de aceptar la diversidad del otro, que es para nosotros lo más difícil y aquello que sólo los más maduros consiguen.
Vemos también de aquí cómo es erróneo considerar a la Trinidad como un misterio remoto de la vida, que hay que dejar a la especulación de los teólogos. Al contrario: es un misterio cercanísimo. El motivo es muy sencillo: hemos sido creados a imagen del Dios uno y trino, llevamos su huella y estamos llamados a realizar la misma síntesis sublime de unidad y diversidad.
Y parto de aquí para ir descubriendo los errores de los Testigos de Jehová:
1º.- NIEGAN LA SANTÍSIMA TRINIDAD De este error se desprenden todos los demás. Los Testigos no reconocen el misterio principal de la fe cristiana: la Santísima Trinidad. Si reconocen, como nosotros, que hay un solo Dios (son monoteístas). Pero no reconocen a las tres Personas divinas. Por eso no son cristianos por mucho que pretendan serlo.
Dios se revela (se da a conocer) en la Biblia como Trinidad:
Biblia:
• "Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.» (Mateo 3:16-17)
• Jesús: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19).
Catecismo:
• La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" Catecismo de la Iglesia Católica. Pág. 253.
• La Unidad divina es Trina. Catecismo de la Iglesia Católica. Pág. 254.
Saludos.