Otros que de la cueva salen. COPIA El rosario de escándalos desvelados en los últimos meses ha dejado a UGT noqueado. Han caído dos secretarios generales andaluces, pero Cándido Méndez se aferra al cargo Facturas falsas para cobrar ayudas ABC destapó que UGT tenía un manual para manipular facturas de sus proveedores. Hacían pasar sus gastos como costes de actividades de formación y empleo, que luego se presentaban en la Junta de Andalucía para cobrar la subvención. Mariscadas de 2.000 euros El sindicato también cargaba a subvenciones sus homenajes culinarios, con cierta predilección por el marisco, como los 2.000 euros que se gastó UGT-A en una comilona, de los que mil correspondían a 30 raciones de langostinos. ABC también publicó que tres dirigentes de UGT Madrid cargaban a las visas del sindicato 100.000 euros anuales en «gastos de representación», la mayor parte comidas en marisquerías y asadores Cursos de formación en el Caribe Otro de los escándalos aparecido en estas páginas es el de las aulas de formación que UGT montó en varios países de Centroamérica y el Caribe. La Junta aportó 1,8 millones de euros para costear las dietas, reformas y alquileres de oficinas. Así, el Gobierno de Manuel Chaves patrocinó el 90 por ciento de los gastos del proyecto, que se extendió desde Guatemala hasta Costa Rica pasando por Panamá y la República Dominicana. Hoteles de lujo para Cándido Méndez El secretario general de la Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez, se alojaba en hoteles de lujo cuando visitaba a sus compadres andaluces. Una de sus estancias tuvo lugar en la mejor «suite» de un establecimiento de cuatro estrellas de Málaga. La habitación tenía una superficie de cien metros cuadrados y no le faltaban grandes comodidades como sauna y jacuzzi. Plagios vendidos a 450 euros la página Tanto la UE como el Ayuntamiento de Parla van a exigir a UGT Madrid que devuelva los 50.000 euros que cobró por un informe de 111 páginas lleno de plagios a otros estudios ya publicados Subvenciones de 3.000 euros para globos UGT Madrid también justificó subvenciones con facturas desproporcionadas, como una de 3.000 euros en globos que pasaron al Ayuntamiento de Alcorcón. Además, las facturas incluían una comición del cinco por ciento para el sindicato. Una decena de sindicalistas gastaban milles de euros anuales en fotocopias y cuadernos. UGT Andalucía utilizó una red de empresas y fundaciones, al frente de las cuales figuraban sus dirigentes, con un único objetivo: facturar por sistema al propio sindicato servicios muchas veces inexistentes con los que justificar las millonarias subvenciones que recibía de la Junta de Andalucía para la lucha contra el paro y la formación de desempleados, estos dicen que defienden al obrero. |