MAFIA PP: Sr. Rajoy, ¿Hay cosas que no se pueden demostrar? Puede que sea su forma de expresarse, como algunos medios de comunicación de su entorno así lo afirman para justificarle, pero su respuesta ante una pregunta incómoda relacionada con el caso Bárcenas no transmite más que desconfianza. Afirmar, como así lo ha hecho en una televisión americana, que “hay cosas que no se pueden demostrar“, resulta aterrador y nos recuerda a las frases de las películas policíacas en las que el “malo” niega la autoría de los delitos que ha cometido, en la creencia de que no existen pistas ni huellas que le delaten. Y es que quien delinque o incumple la ley, trata por todos los medios de no ser descubierto. Pero el PP de Rajoy está yendo mucho más allá, dado que no se conforma con negar la existencia de dinero negro, ante la dificultad para demostrar que se ha manejado. Que ya se sepa, se ha dedicado a destruir pruebas incriminatorias, tales como los discos duros de los ordenadores de Luis Bárcenas, las agendas de su extesorero y los registros de entrada de su sede en Génova; además de comprar silencios con sueldos e indemnizaciones millonarias. Y ello sin tener en cuentas las presiones a jueces y fiscales, y las ayudas exculpatorias que recibe de la mayoría de los medios de comunicación, públicos o privados, que están bajo su control directo o indirecto. Y de todas estas maniobras a los métodos mafios0s solo hay un paso, o ninguno. El tema judicial es muy preocupante. La batalla para apartar al juez Gómez Bermúdez fue escandalosa; y aunque el juez Ruz parece un buen profesional, es lento, se le nota atemorizado, está siendo víctima de un acoso mediático, y no se atreve a actuar con la energía que requiere el caso. Y al Fiscal, controlado por un Fiscal General del Estado nombrado por el Gobierno, ni está ni se le espera. Y en las últimas horas se ha delatado al negarse a que se solicite al Ministerio de Fomento la documentación que acredite las adjudicaciones de obras públicas a las doce empresas que constan como donantes en los papeles de Bárcenas; parece que eso lleva tiempo, y por eso considera la diligencia como “inútil e impertinente”, dado que a su juicio retrasa la instrucción. En pocas palabras pretende matar cuanto antes a la mosca cojonera que revolotea sobre la cabeza de Rajoy y compañía. Parece evidente que entre pruebas destruidas y las que no se practican todo puede quedar en nada. Y con eso se tapa la corrupción, la indecencia y la falta de escrúpulos de nuestros políticos. Eso sí que es “transparencia” de la buena, para ocultar la delincuencia de alto standing. Y todos felices. De Luis Bárcenas poco o nada más se puede esperar. O se le ha agotado la munición o ya ha llegado a un pacto con el PP, y se impone la ley del silencio. Puede ser esto último lo más probable, si tenemos en cuenta que el hablar más podría salpicar al mismísimo José María Aznar, y éste fue quien permitió que el actual abogado del extesorero, Gómez de Liaño, fuera indultado tras ser condenado por un delito de prevaricación. Es evidente que los favores se pagan, y ya sabemos que la ropa sucia se lava en casa. Lo llamativo es que todos los delitos que puedan cometer los políticos o las clases más pudientes ya están prescritos cuando se descubren. Y curiosamente son los primeros los que establecen a la hora de legislar los plazos, y se preocupan de diseñar su futura impunidad. Don Mariano ¿está convencido de que hay cosas que no se pueden demostrar?. En una ocasión afirmó que “nadie podrá demostrar que Bárcenas no es inocente“; y ya sabe en que está quedando su firmeza dialéctica. Aunque para saber la verdad solo hace falta que Vd. y los suyos sean honestos y digan la verdad de lo sucedido, y que la justicia actúe de verdad y sin complejos. Y por eso todo acabará en nada, como siempre. |