Parte del últmo discuro de Esperanza Aguirre. Aguirre repetía de nuevo el que ha sido su mantra durante los últimos años de la crisis, "prescindir de los superficial para asegurar lo esencial", y desgranó cómo ella misma, su gobierno y su política se habían esforzado por apretarse el cinturón... y apretárselo a otros, como partidos políticos, patronal y sindicatos. Siguió avanzando Aguirre por su discurso y siguió lanzando cargas de profundidad ideológica que resumen buena parte de lo que ha sido su carrera política y, sobre todo, sus años en la presidencia de la Comunidad de Madrid. Así, por ejemplo, habló de los más débiles y de los que dicen protegerlos: "Esto hay que repetírselo a los socialistas y a los comunistas una y otra vez: los gastos desenfrenados en materias que no son esenciales luego los pagan los más humildes, los más desfavorecidos y los más honrados. Y precisamente por eso, los que dicen defender a los más humildes deberían ser los primeros interesados en cortar de raíz el despilfarro". Con cierto orgullo puedo decir que, después de casi treinta años de estar en primera fila de la política, he cometido muchos errores, he metido la pata bastantes veces, he hecho declaraciones más o menos acertadas, pero en escasísimas ocasiones, si es que ha habido alguna, he dicho algo que no fuera verdad. Frases que espetó algunos oponentes polítticos a Gregorio Gordo de IU, yo me presento como liberal y como tal me votan pero usted no se atreve a presentarse como comunista, por algo será" -; o a Tomás Gómez –"cuando usted deje de decir mentiras sobre mí, yo dejaré de decir verdades sobre usted"- pasarán a la antología de los mejores mandobles políticos. |