La Solana - Ciudad Real

Una historia de esas que se me ocurren casi a diario pero que, a veces, no escribo. Debería tener menos imaginación pero es lo que hay. Probablemente no la leerá nadie como la anterior pero queda en la Red.


EL PAÍS DE LOS ÁNGELES

Todo empezó como una travesura. Estaba con unos amigos en un barrio del extrarradio entre ruinas de antiguos edificios. Entramos en uno de ellos. Conforme avanzábamos y nos adentrábamos en el en el ambiente se respiraba herrumbre, y, poco a poco se nos iba oxidando el corazón. Nuestra mente parecía despierta pero nuestros sentimientos parecieron entrar en un bucle caótico. Cuando llegamos a lo que parecía un sótano empezamos a gritar como posesos. La humedad calaba nuestra moral y junto a nuestros gritos las ratas hacían como de eco.
De pronto las paredes empezaron a iluminarse. Parecía que llegaban cientos de camiones con las luces largas. Y desparecimos de este mundo. Cuando avanzábamos en ese agujero negro, que era de todo menos oscuro, no tenía claro ni el espacio ni el tiempo.
Durante el “viaje” mis amigos fueron despareciendo. Me quedé yo solo y quedé depositado en una especia de lechuga gigante transparente. La supuesta planta giró y me dejó en un suelo que era luminoso, tanto que era hasta cegador. Luego la intensidad de la luz se apagó como si detectara que me molestaba.
Apareció ante mí una mujer. Bueno era un ser sobrenatural pero con apariencia de mujer. Tenía detrás unas alas grandes, como de murciélago pero transparentes como casi todo en ese lugar. ¿Lugar? Ya digo que tanto el tiempo como el espacio habían desaparecido de mi ¿Mente? Ahora no me veía pero creo que mi cuerpo se había perdido por el camino. Eso me lo confirmó el ser femenino que me hablaba, sin palabras, por medio de su alma.
Me dijo que estaba en el país de los Ángeles. Que yo en este momento también era un Ángel. Y yo le pregunté ¿He muerto ya, estoy en el Cielo? No, no has muerto, te hemos elegido, junto a tus amigos para que contéis que hay más mundos que el vuestro. Más dimensiones y seres no tan extravagantes como los que ponéis en vuestras películas de extraterrestres ¿O Sí? No se ¿Cómo ves mi apariencia? ¿Te parece extraña?
Mi telepatía no tenía palabras para enviar a este ser que veía. Era hermosa, infinitamente hermosa. Y dulce e interesante. Pero no acertaba a comunicarme. Me echó una mano y dijo: -Todavía tienes un poso de humano, voy a despojarte de él. Y tocó mi frente con su mano. Sentí como una gran descarga eléctrica y entonces tomé consciencia de mi nuevo ¿Cuerpo? Era transparente pero sin órganos, luminoso, mi apariencia era masculina. Pero con una perfección que rayaba lo imposible.
De pronto me sentí bien y pregunté por mis amigos. Si me dijo La Ángel ellos están uno en el país de los Trasgos. El otro en el mundo de las Ninfas y el tercero en la morada de los Cíclopes.
No me tranquilizó mucho, pero igualmente ellos también estarían preocupados por mi suerte y decidí relajarme y esperar a que me dijera mi anfitriona que debía hacer a continuación.
¿Hacer? Haz lo que quieras pero avanza no retrocedas, solo podrás retroceder cuando nos hayas conocido suficientemente. Sin darme cuenta empecé a batir mis alas, eran transparentes pero como de águila. Y subí la mujer ángel me abandonó y empecé a sentir la presencia de más ángeles. Me enseñaron todo el país. Que era más grande que un planeta. No se lo que tardé en recorrerlo, el espacio y el tiempo se disolvieron detrás de mí.
Vi montañas transparentes con tesoros en su interior que brillaban sin que nadie se molestara en cavar para descubrirlos. Arroyos de plata, árboles con frutos transparentes pero multicolores. Animales no había, salvo unos “híbridos” parecidos a los centauros, pero también con alas.
En resumen, luz, color, y una sensación de placer que me emborrachaba. Las conversaciones telepáticas con todos los ángeles eran de lo más enriquecedoras. A uno le pregunté si eso era el Cielo. Me dijo que no, que Cielo como tal no había. O sea que un Dios así, personal como creíamos los humanos que existía no tenían. Había, común a los humanos y los demás mundos y dimensiones, un Orden Superior, del que formábamos parte todos. Si hubiera que definir a Dios sería como un Todo. No se comprendería Él mismo sin todas sus criaturas.
Lo que si admito que envidié de los Ángeles es la ausencia de odio. Tenían sus discusiones, y sus disputas. Pero todo lo resolvían cordialmente. Y pregunté a otro de ellos ¿Y la rebelión de Lucifer? Es otro mito de los humanos. Si, ha habido disidentes en el país de los Ángeles, pero como nadie es nuestro jefe pueden retirarse a cualquier lugar de nuestro mundo a meditar y reconocer que ningún ángel es superior a los otros. Y ser más que el Orden Superior es absurdo pensarlo siquiera.
No sé pero cuando mejor me sentía una especie de embudo me abdujo. Y me ví en ese agujero negro, que ahora si era oscuro y aparecí en el sótano del edificio. Junto a mis tres amigos. Los cuatro nos levantamos pesadamente, como si cuatrocientos elefantes nos hubieran pisoteado.
Nos miramos entre cómplices y celosos de descubrir nuestro secreto. Y dijimos al unísono ¡No os vais a creer lo que me ha pasado! Nos reímos a continuación. Salimos de la cárcel de óxido y humedad. Y respiramos un poco de aire, hablamos hasta la noche y ninguno dábamos crédito a lo que vivimos. Nos tomarían por locos si los contábamos. Así que decidimos escribirlo y esconderlo hasta que alguien lo viera y juzgara un poco más objetivamente.
Ahora mirábamos a las estrellas y a la oscuridad de otra manera. Sabíamos que detrás de todo estaba el Orden Superior y Los Ángeles, Los Trasgos, Las Ninfas y Los Cíclopes, que solo eran el principio de un Universo por descubrir.
Hicimos más viajes que luego os contaré. Y también los de mis amigos. Éramos los elegidos no sabemos muy bien por qué para contar al mundo lo que hay más allá y en el páramo de la granja derruida nuestro escritos esperan alguien que los lea y nos crea. Se puede soñar, se puede imaginar, pero las dimensiones son infinitas y los seres que los habitan maravillosos.

Al-Hakam que se queda con la ilusión de que algo mejor nos espera después

Al-Hakam esto del foro es casi como esos mundos que tu imaginación nos muestra, no te puedes hacer una idea de lo que hay detrás,yo creo que tus historias las leemos much@s más de l@s que escribimos habitualmente, y la familia es grande,participando a la manera que a cada cual más le apetece hacerlo.

Al-Hakam a mi tambien me gustan muchisimo tus "historias" y, me gustaria poder expresar comu tú, esas vivencias, que parecen mas reales que ilusiones.Sigue deleitandonos con tus "cosillas" y al mismo tiempo nos servirá de aprendizaje.

Yo no sé si las dimensiones sean infinitas, pero hay por lo menos otra solapada con la nuestra.

Al-Hakam, yo creo que tu historia bien podría ser real; me gusta sobre todo lo del Orden Superior y la verdadera historia de Lucifer; nunca he creído que si húbiera un Dios infinitamente bondadoso, condenara al fuego eterno a nadie; eso de retirarse y meditar sobre sus errores me cuadra más.
Pregunta si puedes llevar más amigos a tu próximo viaje, si es así, me apunto...

AL-HAKAM...yo también me apunto a tu próximo viaje...Yo pensaba que era la única que levitaba con tus palabras pero...que tú también lo hagas con tus pensamientos...asombroso...

Sigue escribiendo....a veces porque no se te diga nada no és porque no se te lea...particularmente te digo que leo todo lo que escribes, a veces no te he dicho nada para no hacerme cansina, y porque parece que te haga la pelota y...para que no te lo creas tanto...ja ja ja ( és broma, tu ya sabes lo que pienso )...

Bueno lo dicho...no pares y si puedes, puestos a elegir...sigue sobre todo con los poemas...

UN SALUDO

Gracias al-hakam, con aportaciones como las tuyas siempre es interesnte y enriquecedor leer y participar en este foro,Gracias.

Desde que leí tu "botijo visigodo" me encanche a tus relatos, otra cosa es que no diga nada... la siento, leerte, te leo y envidia... me das un montón...

Al-hakam como siempre maravilloso despiertas mi imaginacion y mira que tengo poca eres genial y no te enfades que siempre te leemos lo que pasa que nos dejas sin palabras