La Solana - Ciudad Real

Tengo un joven amigo paleta, o sea, albañil de toda la vida, que lleva un rato largo sin trabajo. Y el otro día, que coincidimos en torno a unas cañas, le pregunté cómo iba la cosa. Dijo que tirando, con pocas posibilidades inmediatas, pero con el recurso temporal de cobrar el paro, que le permite aguantar el tirón hasta que vengan tiempos mejores. «Pues tengo entendido –comenté, ingenuo– que con la reforma laboral que nos quieren encasquetar, tendrás obligación de hacer cursos de formación.» Me miró, guasón, mojó los labios en la cerveza y dijo: «Ya he hecho uno, ¿cómo lo ves?». Le dije que lo veía bien, pero que me contara, para verlo mejor. Y se encogió de hombros. «Una semana aprendiendo informática, colega –dijo–. Con dos c-j-nes.» Quise saber para qué necesita un curso de informática un albañil en paro, y me lo explicó con la justificación oficial: «Para que aprenda a escribir mi currículum».

Nos despedimos –se empeñó en pagar las cañas, rumboso– y me quedé pensando. Haciendo cuentas sobre a quién aprovecha lo del curso informático: si a mi amigo paleta, o a un Gobierno que puede así camuflar estadísticas, vendiendo otro paripé en plan nos encargamos de todo y los tenemos ocupados, y a unos sindicatos apesebrados y sobornados que viven del cuento y por la cara; que así –y no quiero pensar de qué otras maneras– justifican lo que han estado trincando hasta hoy para mantener mudas sus boquitas pecadoras, cuya succión sistemática y cómplice a las part-s pudendas del poder político pretenden ahora disimular, a toro pasado, con una huelga general inoportuna, inútil y perfectamente -di-ta. A ver, me pregunté, cuánta pasta se habrá quedado por el camino, en sueldos a liberados y en pegatinas sindicales, antes de que, con lo que queda, esos paladines del trabajador español le paguen un curso de informática a un albañil para que escriba su currículum.

Pensaba en todo eso, digo. Pero como no sé mucho de sindicatos ni de reformas laborales, y menos de informática, me dije: «Tranquilo, Arturete. Seguramente no lo has entendido bien». Así que decidí olvidar el asunto y puse la tele, a ver si veía un ratillo a Jorge Javier Vázquez. Que, pese a pastorear g-ntuza y telebasura a tope, y a cierto puntito mar-c-n excesivo por su parte cuando le salta el automático, debo reconocer que lo hace de p-ta m-dre, y que maneja la coreografía del directo como nadie en España –puestos a ello, que me la end-ñe un profesional–. Zapeando en su busca, como digo, me topé en otro programa con una ex presidente de parlamento insular español metida hasta el ch-ch- en un cenagal de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, negociaciones ilícitas, delito electoral y cohecho –que se dice en dos líneas–, que por lo visto está en libertad bajo fianza y tiene la obligación de presentarse dos veces al mes en los juzgados de su pueblo. Y la torda paseaba tan campante por la calle, con absoluto desparpajo, maquilladísima sobre el careto terso de quirófano, con ropa, zapatos y bolso supermegapijo a la última de Filipinas, echando besos con todo su morro a las cámaras y a unos cuantos vecinos que la saludaban con mucho afecto y la llamaban guapa. Y me dije: hay que jod-rs-. Esto sí que es telemi-rda, y no lo de Jorge Javier, que a fin de cuentas suministra con admirable eficacia lo que pide la parroquia. Sin embargo, la presunta g-lfa apandadora de la isla va por la calle feliz de haberse conocido, después de haber robado a mansalva, sola o en compañía de otros presuntos hijos de la gr-n p-t-. Y la gente, la misma que tira besos a Belén Esteban y a Karmele, saluda a la pava del bolso de Gucci y los zapatos de Manolo Blahnik, comprados mediante fianza de 350.000 euros o cárcel, y dos coma cinco millones de euros por responsabilidades civiles, y le dice adiós bonita y le tira besos, en vez de correrla a h-st-as en cuanto asoma el hocico a la calle.

Pero claro, concluyo. Sólo se trata de corrupción. De eso que, en este país de parados a los que se imponen cursos de informática para que puedan escribir su currículum, criticamos con airadas maneras hasta que tenemos oportunidad de meterle mano al pastel. Entonces todo se vuelve normal, tolerable, vive y deja vivir. Nadie forra a gorrazos a esa presunta sinverg-enza corrupta –me encantan esos deliciosos presuntos que salpimentan la vida pública y privada española–, porque en realidad no es tan grave. Otra cosa sería tener por vecino a un vi-lador, un terrorista o alguien así. Le pegarían pancartas en la puerta. Pero un corrupto es otra cosa. Adiós, bonita. Smuac, smuac. Te queremos. A ver quién no tiene un corrupto a mano. A ver quién se resiste a un constructor o un político que se lo traj-nen. A ver quién no sueña con organizar cursos de informática para albañiles en paro.

Por lo de "Arturete" y por el vocabulario deduzco que el artículo ha sido escrito por Pérez Reverte; he léido algunos otros en los que habla de la clase política y son muy parecidos.
No me gustan las formas aunque tengo que decir que en casi todo tiene más razón que un santo; me gusta sobre todo la última parte, porque creo que es cierto, hemos conseguido que la corrupción política se vea como algo natural; es más, creo que si se escribiera tanto de los políticos que no son corruptos (que los hay), nos parecería de ficción; y digo "hemos" porque todos contribuímos a este fenómeno cuando pronunciamos ( se hace muy a menudo) frases como:
"Pues yo si pudiera también lo haría", "si tú estuvieras ahí no harías lo mismo", "acaso tú si mandaras no enchufarías a los tuyos", etc., etc.

Nos guste o no, gran parte de lo que argumenta el escrito es parte de la conciencia social de este pais, tambien de este pueblo. El individuo aguanta como puede el temporal, capeando las circunstancias, con cierto desanimo al verse engañado con la utopia del brote verde.
En cuanto a la ultima corbachada, Ministro defenestrado a otro puesto para "fortalecer" una lista electoral (con la que ha liado en el Ministerio, no se como esperan que los trabajadores del cinturon de Barcelona lo voten, muy al contrario, la logica nos dice que lo tendran que abuchear y hacer manifestaciones en las puertas de sus mitines, pidiendo, jubilate tu a los 67 o los 70 señorito, metete por el .... la reforma laboral, mete tu gran pension en el congelador...), el intento de reformar las prestaciones por desempleo y lo de la formacion a parados que renuncien a un curso. Yo me pregunto que cursos estan ofreciendo, cuando despues de un año en el desempleo no ofrecen na, solo mas desanimo en la oficina del inem.

Madre mia me voy a la plaza a comprarme una bolsa de alcahuetes y guijas blandas porque se me a puesto un "mal" cuerpo

Buen articulo, pero se te olvidó citar tus fuentes: