La Solana - Ciudad Real

Son personas de apariencia normal, pero llega el carnaval y se descubren, se visten de mujer, de toro, de vikingo, etc., y todo por hacer reír, con un humor que solo comprenden ellos,-- molestos, inoportunos y pedantes --y el resto del año son mas serios que “bragueta de obispo “, pero en llegando el carnaval son graciosísimos, y lo más interesante es que siempre son los mismos de siempre. Comprendo a los chavales, en su juventud, en la alegría de sus pocos años que disfruten del carnaval, pero que pintan ya esos maduros/as haciendo el tonto por las calles del pueblo. Y al menos si fueran ocurrentes pero es que encima son singracias, yo creo que carecen del sentido del ridículo.

Yo solo digo una cosa, para gustos, colores y no me digas que hay gustos que merecen palos porque cualquier otra cosa que te guste a ti le puede molestar a otros. Yo pienso que el carnaval no hace daño a nadie es más por unos días algunos no se ponen la careta sino que se la quitan y se olvidan algunos complejos. Tu opinión es muy respetable, pero tanta y tanta gente tampoco tiene por que estar equivocada.

Me parece muy bien tu comentario Al-Hakan. Hay que aceptar y respatar a los demás, solamente así conseguiremos ser respetados nosotros. Si los mayores y pequeños disfrutan estos días hay que dejarlos vivir su alegría, que por otra parte no tiene por qué gustarnos a los demás.

A mí me pasa lo mismo que a listillos con el día del ofrecimiento. La plaza se llena de gente que no has visto en la vida pero ese día se ponen hasta la corbata.

Yo no soy carnavalero, pero me gusta que la gente se lo pase bien. Me gustaba más el carnaval tradicional de antes, con las máscaras callejeras, que el de ahora, con los disfraces refinados y cabalgatas y concursos organizados por el ayuntamiento. De siempre el carnaval ha sido una fiesta donde se aprovechaba el anonimato y el ingenio para criticar al poder cuando había menos libertad. Esto es otra cosa, una especie de Halloween; se ha perdido la esencia.

Pero pienso que se ha recuperado un poco de esa esencia a raiz de romperse la pasión por las peñas que había en nuestro pueblo. Ahora la gente es más sincera e imaginativa a la hora de disfrazarse, no están guardando el secreto de qué irán en el desfile, eso se lo hemos dejado a los membrillatos.

No creéis que falta el cine y su clásico baile....

DEL TO

Esto del humor es algo variado, según el tipo que lo hace, las circunstancias y a quién va dirigido. No todos tenemos el mismo humor, lo que hace reir a otros a nosotros puede que sólo haga sonreir o, incluso nos moleste; y viceversa, lo que a nosotros nos hace pasar un rato agradable que nos quita las preocupaciones por momentos, y nos arranca carcajadas o sonrisas al recordarlo, a otros ni fu ni fa.
Yo creo que más que un tiempo de crítica a las autoridades o determinados asuntos y personas, la esencia del carnaval es la de la evasión, la liberación, tomarse un paréntesis en la tan reglada a veces vida diaria, y volver un poco el mundo al revés. Y eso se hace con el disfraz, el baile, las murgas, los desfiles, etc. Un paréntesis regido por la fantasía, la imaginación y las ganas de divertirse; ¡claro! que hay muchas formas de divertirse, pero la ensencia del carnaval es la diversión o fiesta colectiva y, esa dimensión es lo que lo hace popular y atractivo y, sirve también para armonizar los posibles excesos o iniciativas poco afortunadas.
El disfraz antiguo tenía poco del refinamiento y cuidado actual, las máscaras de antaño se tapaban para no ser conocidas y así desarrollar sus bromas y humor, pero existía el otro disfraz psicológico que no necesitaba prendas ni ropas sacadas del baúl de la abuela, era la transformación que experimentaban y siguen experimentando, esas personas que desarrollan sus actividades con seriedad y, al llegar al carnaval sacaban su lado humorístico reprimido durante el resto del año. Un simple elemento bastaba y sigue bastando (objeto, disfraz, montaje de situación, etc.), para desarrollar el cambio de personalidad, crear la historia humorística y vivir unas horas o unos días instalado en el mundo de la risa. Recuerdo a uno de esas personas de trabajo más bien serio que era carnavalero, una vez salió sólo con una patata en la mano, no necesitaba más, pero contando historias sorprendentes y graciosas a partir de la patata, hacía reír a la gente y él mismo se liberaba de la seriedad de su monótomo trabajo. Algo parecido a la famosa y muy publicada "gracia", o historia carnavalera de un carnaval de Tomelloso, la del "único animal que es capaz de vencer al hombre" que, imagino, mucha gente ha oído contar.
Todos estos personajes y representaciones nos pueden gustar más o menos, o incluso no gustar nada, todo depende de la gracia del carnavalero, del ingenio de su cuento y de la identificación con nuestro estilo de humor, pero en la mayoría de los casos queda un poso de simpatía por esas personas que, a su manera, sin tener intención de molestar a nadie, sólo quieren divertirse, alegrarse y alegrar el semblante de aquellos con los que se encuentran.

Estoy de acuerdo contigo ayudaor y con AlHakam y todos los que estais a favor del carnaval, el carnaval es como este foro que te deja expresarte con libertad, yo me he disfrazado muchos años con las cosas del baul o los baules de la familia o amigos, nos lo hemos pasado pipa, te transformas,si, yo creo que reprimido no estas durante el año pero se dan unas circunstancias especiales en carnaval. Me he disfrazado tambien en Tomelloso, la gente es igual que aqui pero recuerdo un año que coincidimos con los Cebolla, todavia me estoy riendo. Por ultimo creo que al carnaval lo ha beneficiado el que no haya grandes peñas, asi la gente vuelve mas a la mascara tradicional, y el sentido del humor no conoce edades, vivi el carnaval.

Yo creo que si que el baile en el cine cervantes cogía mas a mano todo
el que salía se daba una rebotá y seguía por la plaza y si le apetecía
volver no le pillaba tan lejos como la caseta que si vas es para quedarte o no vas.