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El 11S, la gran mentira del siglo XXI que ha arrastrado consigo a más de 200.000 muertos en distintos rincones del planeta. Un plan macabro para justificar la expansión imperialista y el dominio de los recursos mundiales. Una maniobra para poner en jaque al individuo, haciéndole ver que está indefenso y que necesita de sus gobernantes para poder sobrevivir. Una manipulación sin precedentes. Una campaña de marketing sanguinaria.
Ésa es la verdadera historia del 11S, una campaña de manipulación de masas, orquestada por las élites y propagada al pueblo a través de los medios de propaganda más efectivos de la historia de la humanidad, los medios de comunicación de masas.
Todos asistimos a la muerte en directo de decenas y centenares de personas que se lanzaban desde 300 metros de altitud para escapar del infierno. Todos presenciamos en directo un ataque que nos hacía sentir vulnerables. Todos vimos lo que querían que viéramos y todos experimentamos las emociones que querían que experimentáramos: ira, miedo, terror, pánico... Las imágenes quedaron grabadas a fuego en nuestra memoria. Han pasado 10 años y muchos las recordamos si fueran de ayer.
Nos lo vendieron en el momento adecuado, cuando nuestra capacidad de raciocinio estaba mermada procesando todo tipo de emociones. Era el momento de vulnerabilidad perfecta para informar a la gente de la identidad de los terroristas. Daba igual que sólo hubieran pasado minutos desde los primeros ataques, ya había información suficiente para conocer a Bin Laden, Al-Qaida, su paradero, sus operaciones en los meses precedentes... Toda esta información provenía de expertos en terrorismo que casualmente tenían previstas entrevistas para esa misma mañana en las principales cadenas de los Estados Unidos.
Y el culpable, Bin Laden. Un rico saudí entrenado por la CIA en Estados Unidos (como Tim Osman) en los años 80, un hombre de confianza de la Administración Carter a finales de los 70, encargado de recibir transferencias en Afganistán para luchar contra los soviéticos. Un hombre cuya familia tenía y tiene estrechos lazos con figuras importantes de Wall Street y Washington.
Los ejecutores, 19 islamistas fanáticos. Muchos de ellos siguen vivos hoy día, confirmados por el propio FBI y gobierno de los Estados Unidos. A pesar de ello, ahí siguen, como principales culpables de los atentados. Islamistas radicales que se dedicaban a contratar prostituas, beber alcohol y anunciar sus intenciones en bares, strip-clubs y demás sitios de las distintas ciudades que visitaron en Estados Unidos antes de cometer esos atentados. Islamistas radicales que dejaban coranes, pasaportes y demás pertenencias en hoteles, taxis, etc. Islamistas radicales entrenados en bases militares de Florida, Texas y Alabama. Islamistas radicales inexpertos a la hora de hacer volar una avioneta, pero capaces de hacer maniobras acrobáticas con aviones comerciales.
Y las pruebas, pasaportes y licencias de conducir que sobreviven al colapso de las torres, encontrados en extrañas circunstancias, rodeados de acero derretido, mientras el papel del pasaporte y las licencias permanecen en buen estado, videos de Bin Laden atribuyéndose la autoría de los atentados antes de las elecciones de 2004, en la que aparece escribiendo con la derecha, siendo él zurdo, como reconoce la propia página del FBI, llevando así mismo un anillo de oro, prohibido por las creencias que él profesaba, con una cara más rejuvenecida que la del viejo enfermo de 2001...
Y sucesos extraños, como la desaparición del oro de debajo de las Torres Gemelas, el arresto de israelíes que celebraban la caída de una de las torres mientras conducían una furgoneta con tonelada de explosivos (esto incluso llegó a aparecer en la prensa escrita y en la televisión), pólizas de seguridad contratadas pocos días antes del 11S, indeminzaciones multimillonarias, apuestas en Wall Street a la bajada de las acciones de American Airlines y US Airways las semanas anteriores a los atentados, avisos para no volar el 11 de septiembre entre los mandos altos del ejército, pérdida de 2,3 billones de dólares cuyos registros estaban en la zona de impacto del Pentágono, dos torres de miles y miles de toneladas que caen en 10 segundos, en caída libre, el WTC7, centro de operaciones de FBI, servicios secretos y ayuntamiento de Nueva York para asuntos de terrorismo, cae sin haber sido impactado por ningún avión (su caída fue anunciada por las cadenas antes de que sucediera, como se demuestra en videos en la que se ve al reportero de turno comentando el colpaso del edificio minutos antes, mientras se ve al edificio a lo lejos todavía en pie). En fin, sólo ha habido un día en la historia en el que un rascacielos haya sido derrumbado como consecuencia de un incendio. Ese día fue el 11S y no cayó uno, sino tres.
Hay tantas pruebas de que esto fue un autoatentado, tantas, que hace daño seguir viendo cómo los medios de comunicación siguen promocionando la gran mentira que nos vendieron el 11S los principales ejecutores de aquella masacre.
Hay gente que se extraña, que les resulta imposible pensar que gobiernos puedan ser capaces de atentar contra su propia población. No podemos extrañarnos. Estos mismos han desarrollado guerras y operaciones militares a lo largo y ancho del planeta que han supuesto la pérdida de millones de vidas humanas. Los atentados de bandera falsa no son la excepción, sino la regla, en el mundo en el que vivimos. Pasó con el Maine, algo parecido con el hundimiento del Lusitania, también hay evidencias de que Pearl Harbor se pudo evitar, el inicio de la guerra de Vietnam se basó en una mentira, como el propio McNamara llegó a reconocer... Y así, decenas y decenas de operaciones de bandera falsa. Quizá la menos conocida, por no haberse puesto en práctica, fue la denominada Operación Northwoods de los años 60. Consistía en obtener un pretexto para atacar Cuba. Y ese pretexto lo otorgaba el secuestro de aviones comerciales para atacar territorio estadounidense, utilización de aviones teledirigidos, camuflados como aviones comerciales para atentar en bases militares de Florida... El parecido con el 11S es abrumador.
No hay que extrañarse de estas prácticas. Estamos hablando de gente capaz de hacer explotar dos bombas atómicas como respuesta a un ataque a una base aérea. Son personas capaces de iniciar guerras por intereses económicos que han costado la vida a millones de personas.
¿De verdad nos podemos extrañar de que estos mismos ataquen a sus propios ciudadanos para poder utilizarlo como pretexto para iniciar una ofensiva global duradera?
Han dejado muy claras sus intenciones. Las han puesto en práctica durante décadas en distintas partes del globo. Y siguen haciéndolo porque hacen uso de los medios para manipular a la población y conseguir la legitimidad popular a través de esa propaganda.
Debemos tomar conciencia de lo que están haciendo con nosotros. Con todos nosotros. Con los medios debemos hacer lo mismo que con los panfletos de propaganda del buzón, mandarlos a la basura, no hacerles caso y darnos cuenta de la manipulación constante y cada vez más evidente a la que estamos sometidos.
Por todos los caídos y por los que desgraciadamente caerán, necesitamos una revolución, ¡ya!
este tmb es muy interesante
«Omissions et manipulations de la commission d’enquête sur le 11 septembre» (Omisiones y manipulaciones de la Comisión investigadora) es el libro del profesor estadounidense D. Ray Griffin, en version francesay disponible en la librería electrónica de la Red Voltaire.
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7. Omisión del hecho que, dada la hipótesis que el incendio provocó los derrumbes, la torre sur, que fue golpeada después que la torre norte y afectada por un incendio de menor intensidad, no debería haber sido la primera en desplomarse (26).
8. Omisión del hecho que el edificio n°7 del World Trade Center (contra el cual no se estrelló ningún avión y que sólo sufrió pequeños incendios muy localizados) también se desplomó, hecho sobre el cual la Agencia Federal para el Manejo de Situaciones de Emergencia (FEMA) confesó que no podía ofrecer ninguna explicación (26).
9. Omisión del hecho que el derrumbe de las Torres Gemelas (y el del edificio n°7) presenta al menos 10 características de haber sido producto de una demolición controlada (26-27).
10. Afirmación según la cual el núcleo de la estructura de cada una de las Torres Gemelas era «un pozo de acero vacío», afirmación que niega la presencia de 47 columnas de acero macizo que eran en realidad el centro de cada torre. Según la teoría del «apilamiento de pisos» (the «pancake theory») que explica los derrumbes, varias decenas de metros de esas columnas de acero macizo debieran haber quedado en pie (27-2

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11. Omisión de la declaración de Larry Silverstein [el propietario del WTC], declaración según la cual el propio Silverstein en coordinación con los bomberos decidió «demoler» –en lenguaje técnico (to «pull»)– el edificio n°7 (2

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12. Omisión del hecho que el acero de los edificios del WTC fue rápidamente recogido del lugar de los hechos y enviado al extranjero por vía marítima ANTES de que pudiera ser analizado en busca de huellas de explosivos (30).
13. Omisión del hecho que el edificio n°7 había sido evacuado antes de su derrumbe, lo implica que la razón que se dio oficialmente para acelerar lo más posible la recogida del acero [en aquel lugar] (porque podía haber sobrevivientes bajo los escombros) no tenía ningún sentido en el caso de este edificio (30).
14. Omisión de la declaración del alcalde R. Giuliani quien dijo que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse (30-31).
15. Omisión del hecho que Marvin Bush, hermano del presidente estadounidense, y su primo Wirt Walker III eran los directores de la compañía encargada de garantizar la seguridad del WTC (31-32).
16. Omisión del hecho que el ala oeste del Pentágono, [la misma que fue impactada el 11 de septiembre], era precisamente, por diversas razones, la que menos posibilidades tenía de ser blanco de los terroristas de al-Qaeda (33-34).
17. Omisión de toda discusión tendiente a determinar si los daños que sufrió el Pentágono correspondían realmente con los daños que podría haber provocado el impacto de un Boeing 757 desplazándose a varios cientos de kilómetros por hora (34).
18. Omisión del hecho que existen fotos que demuestran que la fachada del ala oeste no se derrumbó hasta 30 minutos después del impacto y que el orificio de entrada es demasiado pequeño para el diámetro de un Boeing 757 (34).
19. Omisión de todo testimonio contradictorio sobre la presencia o la ausencia de pedazos visibles de un Boeing 757, ya sea dentro o fuera del Pentágono (34-36).
20. Ausencia total de discusión tendiente a determinar si el Pentágono disponía de un sistema de defensa antimisiles capaz de derribar un avión de pasajeros, aún cuando la Comisión sugirió que los terroristas de al-Qaeda decidieron no atacar una central nuclear precisamente porque pensaron que esta dispondría de ese tipo de defensa (36).
21. Omisión del hecho que las imágenes provenientes de diferentes cámaras (incluyendo las de la gasolinera que se encuentra frente al Pentágono, confiscadas por el FBI inmediatamente después del impacto) podrían ayudar a determinar qué fue realmente lo que impactó el Pentágono (37-3

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22. Omisión de la alusión del secretario de Defensa D. Rumsfeld a «un misil[ utilizado] para golpear [el Pentágono]» (39).
23. Aprobación aparente de la respuesta, totalmente insatisfactoria, a la pregunta tendiente a saber por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron que el presidente Bush permaneciera en la escuela de Sarasota cuando, según la versión oficial, deberían haber pensado que un avión secuestrado podía tener esa misma escuela como blanco (41-44).
24. Fracaso en explicar por qué el Servicio Secreto no pidió una escolta de aviones de caza para [el avión presidencial] Air Force One (43-46).
25. Afirmaciones según las cuales en el momento en que el cortejo presidencial llegó a la escuela [de Sarasota], ninguno de los asistentes sabía que varios aviones habían sido secuestrados (47-4

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26. Omisión del informe según el cual el secretario de Justicia John Ashcroft había recibido una advertencia para que dejara de viajar en líneas aéreas comerciales antes del 11 de septiembre (50).
27. Omisión de la afirmación de David Schippers de que, basándose en informaciones provenientes de agentes del FBI sobre posibles ataques en el sur de Manhattan, él había tratado infructuosamente de transmitir dicha información al secretario de Justicia John Ashcroft durante las 6 semanas anteriores al 11 de septiembre (51).
28. Omisión de toda mención sobre el hecho que agentes del FBI afirmaron tener conocimiento de los blancos y fechas de los ataques [terroristas] mucho antes de los hechos (51-52).
29. Afirmación, mediante una refutación circular que da la cuestión por resuelta, de que el desacostumbrado volumen de compras de acciones en baja antes del 11 de septiembre no implica que los compradores supieran de antemano que los ataques iban a producirse (52-57).
30. Omisión de los informes según los cuales el alcalde [de San Francisco] Willie Brown y ciertos responsables del Pentágono fueron advertidos de que no debían tomar el avión del 11 de septiembre (57).
31. Omisión del informe según el cual Osama ben Laden, que ya en aquel entonces era el criminal más buscado por Estados Unidos, fue atendido en julio de 2001 por un doctor estadounidense en el hospital estadounidense de Dubai y que recibió allí la visita de un agente local de la CIA (59).
32. Omisión de los artículos que sugieren que, después del 11 de septiembre, el ejército estadounidense permitió deliberadamente la fuga de Osama ben Laden (60).
33. Omisión de informes, entre ellos el que reportaba la visita del jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita a Osama ben Laden en el hospital de Dubai, que entran en contradicción con la versión oficial de que la familia de Ben Laden y su país han renegado de este (60-61).
34. Omisión del resumen de Gerald Posner sobre el testimonio de Abu Zubaydah, según el cual tres miembros de la familia real saudita (que murieron los tres misteriosamente con sólo 8 días de intervalo) estaban financiando a al-Qaeda y conocían de antemano la realización de los ataques del 11 de septiembre (61-65).,,,,,,,,,,,,
//www.voltairenet.org/article143924.html