El cachondeo de la justicia.
El cachondeo de la justicia o la justicia es un cachondeo, da igual, en estos días estamos asistiendo a un capitulo más de esa señora de la balanza con los ojos vendados que debe vivir en otra galaxia a juzgar por lo que vemos u oímos.
Por una parte hay un juez sentado en el banquillo de los acusados por, al parecer, haber conseguido pruebas de una forma no correcta y mientras tanto, los fraudulentos, los que han cometido los delitos frotándose las manos y riéndose ya que a pesar de que está claro que delinquieron, no se les puede juzgar ni, por supuesto, condenar.
Por otra parte mientras Carlos Fabra se jacta de haber cometido delitos de los que no se le puede juzgar por haber prescrito, le permitimos que siga al frente de la diputación de Castellón inaugurando aeropuertos que no sirven para nada salvo, claro está, su propio interés personal.
La pregunta es: ¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando este país va a consentir que toda esa pandilla de chorizos, defraudadores, vividores, politicuchos de tres al cuarto, sigan haciendo y deshaciendo a su antojo mientras la plebe, los ciudadanos de a pié, los que pagamos todos esos desmanes nos toca callar, callar y pagar?
Cien corruptos al parecer hay en las listas de las próximas elecciones. ¿Les vamos a votar? – Sí, estoy seguro que sí.
Tenemos lo que nos merecemos.
