Fernán Caballero - Ciudad Real

La pelea política del día de después, tras la intervención de la Caja Castilla La Mancha (CCM) por el Banco de España y la salida en tromba del PP el mismo domingo, estaba servida. El Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por el socialista José María Barreda, saltó a la palestra de la sede de la Presidencia regional, en Toledo, con todas sus armas y bagajes. Y repartió contra el PP; pero también para sus correligionarios del Gobierno andaluz por no consolidar la integración en Unicaja.

"No hay ninguna entidad más segura y sólida en estos momentos", comenzó. "El ministro de Economía, Pedro Solbes, me ha asegurado que están garantizados todos los empleos y que hay una cobertura sin límites de los depósitos de la entidad", añadió en plan conciliador. También subrayó que, según el vicepresidente, el Banco de España considera que no hay actuaciones dudosas ni "irregularidades" en la gestión de CCM, pese a que han sustituido a los responsables de un plumazo por tres administradores.

Luego vinieron los ataques. Por orden: primero a Unicaja, a la que culpó de llevar a la CCM al precipicio por sus "pretensiones excesivas"; después al PP, por la campaña de descalificaciones y menoscabo que, a su juicio, ha lanzado contra la entidad de ahorro. Según Barreda, la CCM "no tiene un problema patrimonial, sino de liquidez coyuntural", provocada tras una "caída abrupta" del sector de la construcción por la crisis, así como a una "campaña de descrédito, de acoso y derribo de algunos sectores". No quiso precisar más para no participar en esta "ceremonia de la confusión".

Pero todo buen entendedor sabe que se refería a la hoy secretaria general del PP y competidora en la comunidad, María Dolores de Cospedal, y a sus huestes castellano-manchegas. Según esa insinuación, la caída de depósitos que ha sufrido la CCM se debe a esa campaña, si bien ya en diciembre pasado hubo una fuerte caída de los depósitos. Fuentes del entorno de la caja afirman que sólo durante la semana que va del 16 al 22 de febrero se retiraron 360 millones de euros, y que al final de marzo la cifra se acercaba a los 1.000 millones, lo que para una caja que totalizaba unos 17.000 millones a final de año, es un recorte considerable.

También manifiestan que muchos dirigentes del PP, algunos consejeros de la caja, retiraron sus depósitos. Precisamente, Cospedal ordenó a los consejeros del PP en la caja que dejaran su puesto, a lo que se opusieron tres de ellos, que han recibido las correspondientes sanciones políticas. Las fuentes socialistas recuerdan que estos consejeros manifestaron que todas las acciones de la entidad se habían aprobado por unanimidad en el consejo por lo que no había razón para dimitir.

Barreda ha solicitado comparecer en las Cortes de manera urgente, pero rechaza la comisión de investigación que pide Cospedal.