Anonadado… y gratamente sorprendido quedé cuando fui a visitar la nueva biblioteca de la ciudad (situada entre la avenida del Ferrocarril y el parque Gasset). Tantos años de obras ya dan su fruto. Excelente la luz que inunda el edificio y el amplio espacio interior que permite la existencia de tantas salas y servicios a lo largo de tres plantas. Interesantes exposiciones en la entrada principal, una mediateca muy amplia y algo muy curioso: unas magníficas maquinitas que permiten que tú mismo puedas realizar préstamos, devoluciones y renovaciones. Elemento, este último que les facilita enormemente la labor a los empleados cuyo trabajo ahora sólo consiste, aparentemente, en resolver dudas, mantener un cierto orden y colocar los libros al final del día.
Hace varias semanas volví a utilizarla y vuelvo a quedar sorprendido. Pero esta vez, la razón era otra. El personal de la biblioteca había decidido cerrar por tiempo indefinido la segunda planta (lo que incluye cualquier obra de consulta de humanidades, ciencias sociales, ciencia o tecnología, la sección local, el fondo antiguo, salas de reunión para trabajos y petición de libros que se encuentren en depósito) según explicaba en el cartel y según ellos debido a falta de personal. ¿Falta de personal? me pregunto… si en cada una de las salas hay varios empleados sentados en sus respectivas sillas cuya impresión dista mucho de que se encuentren agobiados por el exceso de trabajo (recordemos las maquinitas de la entrada…)
Asimismo, decido utilizar un libro que necesitaba. Se encuentra prestado, informa la aplicación de consulta. Procedo a reservarlo, pero me dicen que eso es imposible. Arrastran un problemilla informático desde hace ¡9 meses! y aún no han sido capaces de solucionarlo. Con lo cual, si deseo este recurso… sólo me cabe esperar a que un día de estos alguien lo devuelva y justo entonces pase yo por allí. Teniendo en cuenta que cada préstamo dura 3 semanas, con posibilidad de varias renovaciones y pensando en libros, CD o DVD de éxito… conseguirlos es cuestión de suerte, como bien dice Shakira.
La cultura es una de las principales herramientas, si no la que más, que hace progresar a cualquier ciudad o estado. Por ello considero a las bibliotecas como los guardianes de este saber y por ende, progreso. Me parece vergonzoso, y más en los tiempos tan complicados que corren, que a estas personas que disfrutan de este empleo tan atractivo les sea tan fácil disponer de sus normas, qué consideran que deben abrir o qué no y con semejante impunidad.
Nacho Rodríguez