Centro Penitenciario de Herrera de la Mancha - Ciudad Real

Sra. Gallizo, antes de nada, quiero agradecerle su amabilidad, al contestar a mi carta del 5 de Mayo del presente año (N/REF. 6258/2010) ya que el Sr. Director de Herrera de la Mancha no tuvo ese detalle con la que le envié a él.
En mi carta le hago mención de varias cuestiones, una de ellas, la denegación de los vis-familiares por parte del Centro Penitenciario.
En su breve, escueta y concisa carta, me dice, que tras reunir los informes que han sido oportunos, no consta que haya presentado documentación de parentesco que acredite afectividad con el interno. Pues claro que no Sra. Gallizo, mi relación de afectividad con el interno en cuestión, es de sentimientos, y no de un papel que acredite lo que en realidad existe, pero que me es imposible demostrar. Podría contarle mi historia, pero para comprenderla, hay que tener sentido de empatía, del cual carecen muchas personas mecanizadas, y hacen imcomprensible algo tan sencillo de comprender.
Sra. Gallizo, llevo comunicando por carta, con el interno, más de 2 años y 16 meses comunicando por cristales en los que tan sólo he faltado a 8 comunicaciones, todo eso está reflejado en el registro de entrada del Centro Penitenciario ¿no es eso suficiente documentación que acredite relación afectiva? Con documentación o sin ella, un ser querido lleva ya más de 26 meses sin poder disfrutar de un vis ¿en eso se basa vuestro "sistema de reinserción" y de "reabilitación? ¿en tener a una persona más de 2 años, sin contacto físico alguno? Que yo sepa, persona "cercana" o "allegado", es todo aquel que el interno pueda demostrar que lo es, siempre y cuando no supere un número de 4 personas. En ningún momento hablan de que necesariamente haya que tener documentación de parentesco para asistir a un vis-familiar.
Sra. Gallizo, voy a seguir luchando por mi derecho a poder abrazar a un ser querido, no voy a dejar que este post decaiga. Quiero, que cada día que pase, las personas que visitan esta página, puedan leer como nuestro "progresista" Sistema Penitenciario atenta contra uno de los derechos más fundamentales; la comunicación.
Nada más Sra. Gallizo, nuevamente darle las gracias por el detalle de contestar a mi carta

Sra Gallizo, al finalizar su breve carta, también me dice, que el Centro Penitenciario ha actuado según la normativa ¿De qué normativa me habla? Le puedo asegurar, que si el Centro Penitenciario me hubiera concedido un vis-familiar, no me habría dirigido a Vd. suplicándole como lo he hecho.
Sra Gallizo ¿no le conmueve el saber, que cada sábado que voy a verle son 400km de ida y los mismos de vuelta, para verlo (en el mejor de los casos) 40 minutos por unos sucios y asquerosos cristales? ¿no siente nada al saber que son 8 horas de viaje los que hago, (con el riesgo que conlleva la carretera) para que no se sienta más solo de lo que se siente, para que sepa que, aquí fuera todavía hay gente que le quiere y que le espera? No se puede ni imaginar, el esfuerzo y sacrificio que me supone desplazarme todos esos km., dejando a mis niños a cargo de algún familiar durante mi ausencia, para que no le falten mis visitas. El sufrir un seguimiento y una investigación, en la que me tachan de algo que no soy, sólo por el hecho de amar a un ex narcotraficante. No tiene ni idea de lo que se siente y lo que cuesta no tirar la toalla pese a todo.
Sra. Gallizo, por un momento ¿se ha puesto a pensar, qué se siente al ver a un ser querido tras unos cristales, sin poder abrazarle y escuchando su voz distorsionada? se siente rabia, impotencia y odio hacia todo, y si a eso se le suma el saber que ni siquiera me conceden un triste vis, todavía es más doloroso aún.
Sólo pido mi derecho a poder abrazar y comunicar con un ser querido, derecho que está reflejado en la Constitución Española, y que ustedes están vulnerando.
Es muy triste saber, que los miembros que componen y dirigen este país, no son personas, sino máquinas, es realmente triste.

Sra. Gallizo, ayer pasó por junta y . . . permiso denegado. Otros dos meses de tortura sin poder abrazarle. Sra. Gallizo ¿hasta cuándo? ¿cuánto tiempo más van a seguir martirizándome?. Le condenaron por atentar contra la salud pública ¿y ustedes? ¿acaso no atentan contra la salud pública, cohibiendo a los internos y a sus seres queridos de sus derechos? He perdido más de 9 kilos en estos dos años y medio, tengo perdida de cabello, y en ocasiones tomo orfidal para poder conciliar el sueño ¿eso no es atentar contra la salud pública, destruyendo a miles de familias?

¿Sabe lo que es, ver como un ser querido envejece por segundos? ¿cómo se refleja en su rostro el dolor y el sufrimiento de todos esos años perdidos, que día a día van pesando cada vez más? Es horrible tener un problema, y saber que la solución no está en tu mano, sino en la mano de alguien que no le importas, que tan sólo eres un número más. Realmente ¿cree, que todo este sufrimiento sirve para algo que no sea para crear odio y rencor?

Sra. Gallizo ¿alguna vez ha tenido ganas de morirse? pues yo las tengo cada vez que termina la comunicación por cristales, teniéndole tan cerca y a la vez tan lejos de mí, sin poder sentirle, acariciarle, abrazarle, besarle, teniendo que tragarme las lágrimas cada sábado, para no cargarle más cruces de las que ya lleva, e intentando regalarle mi mejor sonrisa para que pueda soportar lo insoportable.

Sra. Gallizo ¿se ha parado a pensar lo que siente una persona privada de libertad? ¿lo que piensa? ¿lo que día a día le pasa por la cabeza? póngase por un momento en su lugar, encerrado entre unos muros de hormigón, viendo siempre lo mismo, las mismas caras, sometido a normas sin sentido y a todo tipo de degradaciones, y así . . . un día . . . un año . . . dos . . . viendo como tu estado mental y físico sufre un deterioro precoz sin poder evitarlo.

Sra. Gallizo, en la prensa, presume de haber respondido en lo que va de año, más de 6000 cartas de presos, sólo deseo que el resto de sus respuestas enviadas, no hayan sido como la mía.

Tengo una capacidad muy grande, para perdonar el daño que me están haciendo, sin rencon, sin odio, para poder sentirme más agusto conmigo misma, pero le aseguro que olvidarlo no podré olvidarlo nunca. Toda la sangre dolorida que está corriendo por mis venas y saliendo a borbotones de esta herida, no podrá curarla nadie.