Cabezarrubias del Puerto - Ciudad Real

Cuando emprendas tu viaje hacia Cabezarrubias
ruega que el viaje sea largo, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los guardias, ni a los rádares,
ni la cólera del airado dios Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los guardias, los rádares y otros peores, ni el feroz Poseidón podrá encontrarte si tú no los llevas ya dentro de tu corazón, si tu alma no los conjura ante ti.

Ruega que el camino sea largo,
que sean muchos los días de verano para San Pantaleón,
que te vean arribar con gozo, alegremente, en Navidad y en cualquier tiempo que puedas arribar, incluso a otros Puertos, llanos o con cabezas doradas que tú antes podrías ignorar.

Que puedas detenerte en los mercadillos del camino,
y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, y ámbar, y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a otros pueblos de tu Valle y de tu Sierra Morena
para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Cabezarrubias:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino; mejor será que dure muchos años, y que llegues, ya viejo, a la pequeña aldea,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que tu aldea de Cabezarrubias te enriquezca:
Ella te ha concedido ya un hermoso viaje, de ida y de vuelta.
Sin ella.. tu aldea, o pueblo donde nacista, jamás habrías partido a ninguna otra parte; mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si cuando regreses la encuentras triste y pobre, Cabezarrubias no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las raíces y los pueblos como Cabezarrubias.
Kaváfis rubeño

jdr....las raices ¡¡¡como tiran las raices¡¡¡¡



un abrazo