El gran despilfarro oculto: 4.000 empresas públicas deben 52.000 millones España sufre desde hace unos meses de un grave problema de deuda pública. Las emisiones del Tesoro Público y de los distintos gobiernos autonómicos están pagando unos altos intereses, puesto que no todos los inversores se fían de la capacidad de la Administración de hacer frente a sus pagos. Para contener el déficit y rebajar la deuda, el Gobierno presentó en mayo el ya famoso tijeretazo, que congelará pensiones y rebajará los salarios de los trabajadores públicos. Junto a ello, numerosas comunidades han presentado planes de ahorro similares. Sin embargo, hay un pequeño reducto que resiste a los recortes, al control de la administración y a la reducción de empleo: las empresas públicas. Son esas entidades de naturaleza híbrida, propiedad del poder público pero que compiten en el mercado (aunque muchas veces pagan sus deudas con cargo a los Presupuestos) y que se dedican a actividades tan diversas como el transporte ferroviario (RENFE), la producción de corcho (ver La Almoraima) o los seguros (por ejemplo, Cesce).... La razón de la existencia de muchas de ellas es un misterio que quizás los políticos tendrían que explicar en algún momento. |