En la crisis, unos pagamos la penitencia y otros nos dan lecciones Ahora que estamos en unas fechas especiales para aquellos que profesan la fe católica, es buen momento para que hablemos de pecados y penitencias, los cometidos por algunos sectores y los resultados que estamos pagando a escote entre todos. Por eso, llama más la atención el informe del Banco de España que os comentamos la semana pasada en el que aludían a las prestaciones por desempleo como “poco motivadoras” a la hora de buscar empleo. 05/04/2012 | PORTALPARADOS.ES El sr. Fernández Ordoñez, máximo responsable del Banco de España, se ha caracterizado por mantener posturas un tanto demagógicas sobre el desempleo y las prestaciones que reciban aquellos que se han quedado sin trabajo. Se supone que dirige el organismo que debe velar por la buena salud de las entidades financieras de nuestro país y se supone que es el garante de que no se produzcan abusos contra los consumidores. Este ex político (si es que uno deja de ser político cuando ocupa ese puesto) se ha caracterizado por mirar a otro lado cuando ha presenciado las altas remuneraciones de los directivos de la banca, cuando observaba cómo los políticos usaban las cajas de ahorro regionales en operaciones ruinosas o cuando se creaban productos, como las participaciones preferentes, que en la práctica, suponen una auténtica estafa hacia los ahorradores. Este buen hombre poco o nada ha dicho cuando se han contado por miles las familias desahuciadas por no hacer frente a las hipotecas. No hemos leído ningún informe del Banco de España que diga que eso sí que desincentiva la búsqueda de empleo. Encontrar trabajo, cuando se vive debajo de un puente, es mucho más complicado, si se me permite la expresión. A su favor, diremos que sí advirtió en su momento de los peligros de una burbuja inmobiliaria pero se quedó en simples palabras, no nos consta que pasara a la acción para evitar lo que ya es un desastre de cuyas consecuencias bien le podemos hablar desde esta web. Cuento todo esto a modo de reproche pero también para pedirle al sr. Fernández Ordoñez que deje de dar lecciones sobre las prestaciones por desempleo o sobre la reforma laboral que tanto le preocupaba antes de que el gobierno la impulsara. Debería preocuparle su sector y la reforma que está acometiendo. Es verdad que muchos nos reprochamos haber vivido en los últimos años en un mundo que verdaderamente no existía. Un mundo lleno de comodidades, de lujos incluso, si lo vemos con los ojos actuales. Pero hay que reflexionar sobre quien nos llevó a esa situación de espejismo en la que hemos vivido. No significa que los ciudadanos seamos completamente inocentes pero es difícil sustraerse a la tentación cuando te ofrecían créditos a bajo interés, prácticamente sin ninguna garantía y por la cantidad que a uno le diera la gana. Ahora que los bancos y cajas no sueltan ni un duro, tendremos que explicarles a nuestros hijos y nietos que hubo un momento en este país en el que uno pasaba por la puerta de una entidad financiera y le adjudicaban un crédito para comprar una casa, un coche, irse de vacaciones o darse algún otro capricho sin casi tener que pedirlo. Aquí pecamos todos, está claro. Unos por ofrecer alegremente y otros por caer en la tentación. Sin embargo, es curioso cómo el resultado de la crisis consiste en que los que ofrecían créditos alegremente estén tan tranquilos, algunos con indemnizaciones millonarias y jubilaciones de oro mientras el común de los mortales estamos pagando sus desastres. Y es que nosotros ahora pagamos la reestructuración del sector, nosotros pagamos con subida de impuestos y recortes los desmanes. Ellos no sólo no pagan sino que incluso, ahora pueden blanquear hasta el dinero negro pagando un 10% Por eso, señores como Fernández Ordoñez, y la institución que preside, deberían mantener la boca callada. Y ya de paso si se fuera a su casa, eso que ganaríamos todos. Hay un pais europeo en el que sus gobernantes, sus banqueros, etc tuvieron que pasar por el banquillo de los acusados por llevar al país a la ruina. Eso aquí, por desgracia, es una utopía, entre otras cosas, porque han conseguido algo muy importante: dividirnos a los ciudadanos e impedir de esa manera una reacción como la que se vivió en Islandia. Pero si me permiten un consejo: no sigan estrechando el cinturón porque pudiera ocurrir que esa reacción se produjera. Javier Peña Director Portalparados.es |