Alcolea de Calatrava - Ciudad Real

Últimamente he leído muchas cosas preocupantes en este foro sin decidirme a intervenir porque no quiero echar más leña a algunos fuegos y porque intento seguir las instrucciones que vía sms me da el candidato a la Alcaldía por el PP (“por favor contrastar la información antes de opinar@pasalo”), pero es imposible callar cuando son los propios candidatos del PP los que meten la pata una y otra vez a cara descubierta y encubierta y no quieren rectificar. O cuando mandan a los jóvenes a destrozar con pintadas los espacios que disfrutamos todos.

Me refiero a su nueva manía de meterse con los ancianos para defender que se hagan cosas para los jóvenes. Sé que no me va a hacer caso porque se ha rodeado de gente que le llena la cabeza de pájaros, le dice lo que le gusta oír y no hace caso a nadie más, pero le voy a contar un cuento.

Fue mi abuelo, un anciano, que no sabía leer ni escribir, pero tenía muchos conocimientos vitales y no era, en absoluto un ignorante, quien me contó este cuento para que yo, que sí sabía leer y escribir pero que me faltaba aún mucho por aprender, nunca olvidara las cosas importantes. Dice así:

“Un viejo labrador que no podía valerse por sí mismo vivía en la misma casa con su hijo, su nuera y su nieto. El anciano se había quedado viudo hacía unos años y había cedido su casa, que era muy grande, y todas sus tierras, que eran muchas y buenas, a su único hijo para que los cuatro vivieran cómodamente.
El buen hombre procuraba no molestar, ayudaba en todo lo que podía, nunca hablaba si no le preguntan, comía lo que le ponían y ocupaba la habitación más pequeña y oscura de la casa, pero pronto se cansaron de él y una noche fría de invierno su hijo y su nuera decidieron que tenía que irse de la casa, de su propia casa.
Como eran unos cobardes no se atrevieron a decírselo ellos mismos y mandaron al nieto, a quien dijeron que le diera una manta al abuelo, “no fuera a morirse de frío”. El chico era un joven obediente, pero era muy listo y, sobre todo, quería mucho a su abuelo por lo que fue a por la manta, pero también a por unas tijeras con las que partió la manta en dos y guardó la mitad en un armario.
Extrañados, sus padres le preguntaron por qué había hecho eso a lo que el joven contestó: “guardo la mitad para que cuando vosotros seáis viejos y os tengáis que ir de casa tampoco paséis frío en la calle”.

Que cada cual se aplique el cuento a sí mismo: que piense en sus padres, en sus abuelos y en él mismo, que un día también será mayor. Y los que ahora van en las listas que nunca olviden que tienen la obligación de ocuparse de todos los ciudadanos, también de los mayores, y que ellos pueden y deben votar “a quien les salga de las narices”. Si hasta ahora no han votado al PP quizás habría que preguntarse por qué.

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Pues como tienes mayores cerca, escúchalos un poquito y hazles caso que de algunas cosas saben más que tú. ¿Contamos lo que piensan de tu candidatura? Tranquilo, el que te presentas eres tú, no ellos y a poca gente le importa, total NO VAS A SER CONCEJAL.

Los mayores de Alcolea pueden estar tranquilos y por una vez lleváis razón: "PARA ÁNGEL CABALLERO, LAS PERSONAS (DE CUALQUIER EDAD) LO PRIMERO". Pero no manchéis, por favor....

No me gustan las pintadas. En Alcolea no hay muchas y nunca en elecciones. Esto ha sido una torpezaporque si empiezan los sociatas la pagaran los edificios que son de todos. En fin un pequeño error. El error grande es el contenido de la pintada,hemos dado motivo para que los mayores comenten con razon que estamos en su contra (aparecen demasiado aquí)
Alguien debe poner orden ya... esto se veía venir, con tanto protagonismo barato