la Vilavella - Castellon

El ministro de economía, Cristóbal Montoro, anunciaba ayer ufano el déficit cero registrado por las autonomías en el primer trimestre del año. Y no porque estas hayan relajado su despilfarro, sino más bien para sostenerlo merced a una inyección estatal- osea, nuestro dinero- de más de 5.000 millones de euros. Cantidad que se detraerá obviamente de unos presupuestos cicateros con los servicios públicos, esto es, de la razón por la que supuestamente pagamos impuestos. Punto y seguido a la cadena de despropósitos de un gobierno sin credibilidad ¿Se puede ser más sinvergüenza? En la España autonómica, sí.

Ni la lesiva reforma laboral, ni la subida de impuestos, ni los recortes sociales parecen saciar las demandas de los próceres de la UE –más endeudados que nosotros pero más solventes, pues no en vano ellos marcan las reglas de juego- a los que España parece deber la vida y algo más. Ellos mismos señalan al caos institucional del Estado autonómico como uno de los principales escollos para la recuperación de la economía española. Para los falangistas es el primero, derivado de una casta política incompetente, corrupta, codiciosa y apátrida en la que se encarnan la mayoría de los 445.568 cargos públicos con los que cuenta España: el mayor de toda la Unión Europea. Nuestros políticos utilizan las comparaciones con el resto de Europa cuando les interesa y para pretextar las causas por las que empobrecen a los españoles. Pero las comparaciones son odiosas.

España es el país de la UE con más políticos. Países con una descentralización similar o mayor a la española como Alemania, con más de 82 millones de habitantes y 16 estados federados a gobernar, tienen 300.000 políticos menos. Un político alemán por cada 800 ciudadanos, mientras que en España la proporción es de un cargo público por cada 100 habitantes.

Las cifras son alarmantes y arrojan luz sobre cuál es el gran problema de España: sus políticos. Sin ideales ni principios; demasiados en número, demasiado malos como gestores y demasiado caros, con sobresueldos que exceden con mucho a los de profesiones que sí son de primera necesidad para la supervivencia de la comunidad nacional. Profesiones como las de los médicos, los policías y los bomberos, que en la etapa Zapatero vieron reducidos sus sueldos en un 5% y que el ejecutivo de Rajoy ha congelado. España descoyuntada.

España, el país de la Unión Europea con mayor tasa de paro y uno de los que menos inversión destinan a sanidad, seguridad, educación y defensa, es sin embargo el que cuenta con mayor número de cargos públicos, con sueldos y jubilaciones astronómicas y con ocupación de largo recorrido, pues el sistema les procura continuar medrando tras su paso por la política en entidades financieras, empresas públicas, patronatos, organismos y medios de comunicación. España secuestrada.

En nombre de la verdadera política, FE-JONS reclama el concurso de todos los españoles en la tarea de reconstrucción nacional que empieza por librar a la patria de esos gravosos y estafadores malos gestores que entrañan la casta política.

Frente a los estafadores y contra las autonomías

Con la Defensa Social y por la Unidad Nacional

¡Arriba España!


FALANGE ESPAÑOLA DE LAS JONS

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