la Salzadella - Castellon

"Esto permite que Camps saque pecho, aunque no está su situación para tirar cohetes"



Quién le iba a decir a Francisco Camps que, la oportunidad de revancha contra José Joaquín Ripoll, le iba a venir dada como le ha venido hoy. En lugar de una absolución judicial de sus líos con la Gürtel que poder restregar a sus adversarios internos, el molt honorable ha visto hoy en las barbas del presidente alicantino lo que él no tuvo que sufrir nunca: una detención policial en toda regla. De momento, Camps se ha limitado a pedir “prudencia y responsabilidad”. Ni rastro de esas “manos en el fuego”, ni de los arropamientos de la plana general del partido de los que disfrutó él. Quizás escueza todavía el plantón de Ripoll en el último baño de masas que se dio el presidente valenciano en honor de su inocencia.

*
Noticias relacionadas
o Las incógnitas sobre las candidaturas de Camps y Cascos se despejarán antes del parón de agosto
o "Los valencianos no pueden seguir apoyando a un partido que es corrupto"
o Un partido podrido de corrupción
o El PP considera una "cacería" la detención de Ripoll
o Pons: "Estamos ante una acción propagandística de Rubalcaba"

Fuentes cercanas al grupo de los llamados zaplanistas han reconocido a El Plural que “esto es muy malo políticamente” porque “permite que Camps saque pecho”. En cualquier caso, advierten al presidente valenciano de que “no está su situación como para echar cohetes”, estando él como está imputado en el caso Gürtel.

“A ver que hay”
“Todo el mundo está con la máxima prudencia”, aseguran a El Plural fuentes cercanas al entorno de Ripoll. Tras un año de sobresaltos relacionados con la corrupción, nadie en el PP se tira a la piscina en defensa de sus miembros con problemas judiciales. La mayoría de los populares están “a ver qué hay”, aunque los cercanos a Ripoll esperan que al final “salga en libertad” y “sin cargos”.

“Vox populi”
En cualquier caso, las mismas fuentes reconocen que el caso del soborno de la basura “viene de muchos años atrás, es ya antiguo”. “Había provocado comentarios, estaba en la calle y era vox populi”, aseguran, aunque defienden que “este grupo que llaman zaplanista no es homogéneo y la mayor parte de los que lo integran pensaba que iba a pasar esto”.

“Permite que Camps saque pecho”
La preocupación también pasa por la vertiente “política”, porque la detención de Ripoll “permite que Camps saque pecho”. En cualquier caso, advierten al molt honorable de que “no está su situación como para echar cohetes”, en relación a su imputación en Gürtel.

Una herida compartida
En cualquier caso, la primera reacción de Camps ha sido muy neutral, ni ha hecho sangre con la detención, ni ha realizado una defensa cerrada de Ripoll. Por una parte, a Camps no le interesa hurgar en una herida que tiene conexiones con el caso Gürtel, ya que en ambas operaciones aparece el empresario Enrique Ortiz.

Sin caracoladas
Pero, desde luego, sería raro que Camps pusiera “la mano en el fuego” por alguien que, el pasado mes de mayo, se negó a que él y el PP de Alicante acudieran a una Junta Directiva del PP regional. Se trataba de una reunión convocada tras saberse que el Tribunal Supremo reabría el caso de los trajes y la idea era apoyar a Camps. Al contrario de lo que hizo una semana después Rajoy (que se fue de “caracolada” para no apoyar al presidente valenciano en un mitin y se excusó diciendo que “no podía estar en todos lados”), Ripoll no buscó coartadas y alegó que su plantón “fue consciente”.

El hombre que desapareció
En cualquier caso, el desplante de Ripoll no se salía del guión de la tensa relación que ambos mantenían. Para el recuerdo quedará aquella primera Junta Directiva tras ser imputado Camps en el caso Gürtel, en febrero de 2009. El zaplanista sí que acudió a esta pero, mientras los demás se rompían las manos aplaudiendo a su presidente, él optó por cruzarlas en su regazo. La treta le salió cara y, en la web del PP valenciano, se le recortó de las fotografías.