Chóvar - Castellon

¿La felicidad de Cristiano Ronaldo tiene precio? La pregunta está en el aire desde que el delantero del Real Madrid aireara su tristeza el pasado domingo después de despachar al Granada con dos tantos –tres con el que convirtió Higuaín- en el Bernabéu. Buscando los micrófonos en la zona mixta del coliseo blanco, el portugués explotó: “Estoy triste y en el club saben por qué”. Esta fue la fórmula utilizada por Ronaldo para disparar las sospechas de que tras su lánguida cara se escondía el deseo de que Florentino Pérez le ‘anime’ con un nuevo contrato, ese que le convierta en el futbolista mejor pagado del mundo. Ahora, peses a su indiscutible estatus sobre el césped, no lo es. Y en la desesperada carrera de Cristiano por ser el mejor en todo, esto también importa. Y parece ser que mucho. De momento, jugadores como Ibrahimovic (PSG) o Etoo (Anzhi) superan con creces los 12 millones netos que ahora ingresa en su cuenta el crack portugués.

A la espera de que el propio interesado desvele si hay algo más allá del dinero, lo cierto es que la mejora salarial de Cristiano Ronaldo podría suponer una dura sacudida a las arcas del club. El Real Madrid es junto al Manchester United uno de los equipos más ricos del mundo, pero no es ajeno a la crisis económica actual de ahí que afrontar una renovación al alza del contrato de su delantero suponga más de un quebradero de cabeza. Sobre todo porque significaría el fin de un privilegio del que Florentino sacó buen provecho en 2009 para firmar tanto a Ronaldo como a Kaká: la conocida 'Ley Beckham'.

La formalmente conocida como ley de impatriados fue instaurada por el gobierno de José María Aznar en 2003 con el fin de atraer grandes talentos para las empresas españolas. Lejos de beneficiarse científicos o altos directivo, fueron los futbolistas quienes mejor provecho sacaron de las ventajas fiscales que establecía esta ley. Con ella, aquellos extranjeros que no hubieran residido en España en los anteriores 10 años y que cobrasen más de 120.000, podían tributar al 23% y no del 45%, como establecía la norma. Beckham fue el primero de una larga lista que vendría después en beneficiarse de ello. De ahí que popularmente lleve su nombre.

El ‘desastre’ para el mundo del fútbol vino cuando el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concluyó que lo mejor era acabar con ella en vista de que no estaba beneficiando a aquellos para los que había estado pensada. El ejecutivo socialista abolió la norma y el nuevo régimen fiscal se fijó en el 52 % para todos aquellos extranjeros que superen los 600.000 euros. Eso sí, sin carácter retroactivo. Por lo que aquellos que como Cristiano hubiesen firmado sus contratos bajo el régimen anterior podrían mantener sus beneficios durante seis años, el tiempo fijado por la norma para tributar en condiciones tan favorables. Casualmente es la fecha (2015) en la que expira el actual contrato de Ronaldo con el Real Madrid…

Claro que todo esto se iría al traste en el mismo momento en el que el Real Madrid decida renovar al internacional portugués, ya que rompería con el contrato que aún está auspiciado por la Ley Beckham y pasaría a tributar al nuevo IRPF fijado en un 52%. Por lo tanto, y aquí está el problema gordo para el conjunto blanco, para que Cristiano Ronaldo se convirtiera en el futbolista mejor pagado del mundo debería llevar su ficha hasta los 15 millones de euros netos por temporada, lo que significaría un bruto anual para la entidad que preside Florentino Pérez de 31 millones. No en vano, los clubes en España negocian siempre el neto de las fichas dado que ellos son los que asumen el pago del IRPF que correspondería al jugador.

Por todo ello, la renovación que parece demandar Cristiano Ronaldo no parece, a priori, tan sencilla. En el Real Madrid, claro está, trabajan para dar con la fórmula que deje a todos contentos. Saben que el portugués es uno de los mejores futbolistas del mundo y están dispuestos a mejorarle el contrato como ya le dejaron claro a su representante antes del verano, pero no será a cualquier precio. En la casa blanca se inclinan más por buscar incentivos que complementen la actual ficha y que no son nada descabellados de alcanzar. Número de goles, de partidos, títulos… Todo al alcance del talento de Cristiano. La actitud del jugador, en cualquier caso, no va a ayudar a un entendimiento inmediato.

1_republica, enhorabuena. Me has dejado atónito. Estás enterado profundamente del tema del futbol y sus fichajes.
Tú eres un crack y no Ronaldo con sus lloriqueos patéticos.
Ya me gustaría verñlo trabajar en la embotelladora a turnos, cobrando el sueldo que alli se cobra y sin la novia que tiene, que, por otra parte, si Ronaldo no ganara tanto dinero como gana, no tendríam a la espectacular novia que tiene. ¡Vamosd para llorar y entristecerser!
Pues que se Jod.. que lloriquee, pero en su casa sin que nadie nos enteremos, porque si no, es para llevarlo aljuzgado.
Un abrazo