PANORAMA TAURINO EN CANTABRIA..REGUEROS DE SANGRE En Cantabria se torturan y matan animales con el único fin de hacer de ello una fiesta, las corridas y los festejos con toros son los trágicos protagonistas en las festividades de algunos municipios del extremo oriental, al igual que en la capital cántabra. Se invierten millones de euros de los presupuestos municipales en el maltrato a los animales y luego encima tienen la desfachatez de llamar a este cúmulo de despropósitos arte y acervo cultural cuando todos sabemos que en Cantabria ésta es una tradición implantada e impuesta por la clase política y el sector interesado en dichos eventos, ¿Cómo explicar si no que el resto de la región sea un desierto en cuanto a festividades taurinas? En el corazón de Cantabria no late ningún sentimiento de tortura y maltrato a los toros. Santander como capital hace el papel de anfitriona del calvario de estos desdichados animales celebrando en su Semana Grande un festival de muerte, una orgía de sangre llamada “Feria de Santiago”. El pasado año 2008, se invirtieron en esta ciudad la indecente cantidad de dos millones de €uros (trescientos treinta y tres millones de las antiguas pesetas) en financiar dicha feria, dinero que no se sacó posteriormente en taquilla, se acribillaron hasta la muerte 66 infelices e inocentes toros mientras un público indiferente e insensible al dolor ajeno disfrutaba de un ambiente jocoso, de apariencias, de altivez, de snobismo, de rancia arrogancia, porque ir a los toros en Santander como en muchas otras ciudades, es un acto social de ver y dejarse ver, todo ello encuadrado en una tesitura clasista y absolutamente absurda a costa de toda una ciudadanía ajena a este mundo y que además le paga el “sádico circo” a una minoría insensible (taurinos) y que luego encima no puede ni tan siquiera disfrutar de ningún otro espectáculo de calidad, porque no llega el presupuesto para tales fines, así es, el capricho sangriento de unos pocos relega a un tercer plano la cultura y la diversión de verdad, en Santander no hay festejos de calidad, cultura de calidad en su Semana Grande, solo espectáculos sangrientos, escasos son los conciertos, las obras de teatro estivales, etc., el ambiente festivo no está definido, pocas son las cosas que cambian esos días en las clásicas zonas de ocio nocturno local, cuando en otras ciudades las calles están vivas hasta altas horas de la madrugada con la excusa de que son los días grandes, se hace la vista gorda y todo el mundo sale a la calle, pocos son los que duermen, hay mercadillos, terrazas temáticas, espectáculos de carrozas… aquí no, aquí únicamente se habilitan unas decenas de casetas ocupadas por las “peñas taurinas” y las calles son engalanadas con parafernalia de estética andaluza, sin personalidad alguna, no saben desde “arriba” darle un aire propio a unas fiestas, que tienen que ir picando y copiando de otras, si al menos copiasen lo bueno de algunos de nuestros vecinos más cercanos, otro gallo cantaría, pero ni eso. También en Santander el pasado 2008 dejó de celebrarse un exitoso festival musical que prometía tener un efecto consolidador y que ya iba a por su cuarta edición, pero claro, una concejalía no se puede permitir dar más de 50.000 euros para decenas de conciertos en un marco incomparable como es la Virgen del Mar, si tiene que invertir 2 millones (de euros insistimos) para desangrar animales, es impensable, así que se canceló indefinidamente no fuese a tomar forma y Santander en lugar de ser lo que siempre ha sido, una ciudad en declive cultural, fuese el destino de miles de jóvenes venidos de diferentes puntos de España y de Europa, que barbaridad! Pero no se queda en la capital el reguero de sangre, como ya antes hemos comentado son varias las localidades del extremo oriental que por unos u otros motivos o influencias, celebran corridas de toros e incluso encierros, Ampuero, Santoña, Castro Urdiales, y Rasines planifican sistemática y premeditadamente sus particulares actividades sádicas atentando así contra la ética más elemental y por si fuera poco lo hacen en público y con motivos festivos. Ampuero es lamentablemente “famoso” por sus encierros (que por supuesto van acompañados de sus correspondientes lidias), a principios de septiembre anualmente se dan cita en el municipio miles de personas tentadas por la fiesta y el desmadre, bien, hasta ahí todo correcto, la mayor parte de esas personas oyen cantos de sirena en forma de diversión, los encierros son solo un escenario para ellos en el cual no se detienen, no se detienen a pensar a costa de que o de quien se están divirtiendo, porque si bien es cierto que con encierros o sin ellos una fiesta puede perdurar perfectamente, algunos puristas amantes de este tipo de “tradiciones” se aferran al icono, al símbolo, al dogma, mitifican un rito en pleno siglo XXI y lo quieren hacer perpetuarse, cuando hoy por hoy ese tipo de creencias no existen, y deben de conservarse, si, pero en la memoria, en los museos, en los libros y no hacerlo “carne”, no sumar más víctimas a su particular holocausto. En Santoña también hay plaza de toros (señalar que en su día se desmontó la histórica muralla marítima para construir dicho coso), aunque el hecho de torturar toros no hace por ello a esta villa famosa, igualmente se torturan. El pasado año aparte de la “tradicional” feria, la pequeña plaza albergó también una ópera, si, pero no una ópera inofensiva, fue Carmen, una “Ópera Sangrienta de Cornetas y Tambores” (la cual incluye un espectáculo de rejoneo donde se sacrifica nuevamente un animal) sin comentarios. Añadir que el pasado año la plaza de toros fue remodelada y se gastaron en dicha obra 1,2 millones de €uros (casi 200 millones de pesetas) ya sabemos todos de donde sale ese dinero, de nuestros bolsillos. Castro Urdiales comparte con Santoña además del mismo mar y como tal el mismo apelativo de “villa marinera”, alguna que otra costumbre… y también algo que es de recibo señalar y no es otra cosa que la escasa trascendencia cultural que dicha costumbre le aporta. Si, en Castro hay plaza de toros y allí se han humillado y sacrificado impunemente a muchos animales, pero el pasado año extrañamente el coso solo fue testigo de conciertos, ni una sola gota de sangre se derramó allí, este hecho trascendió a los medios y pudimos saber que la persona responsable de festejos fue quien tomó esa decisión, la de no hacer espectáculos donde se torturasen animales, esta persona ha sido criticada por muchos, desde aquí elogiamos su valentía y la animamos a que mantenga su postura y nunca más se maltraten animales en Castro Urdiales. Rasines es un pequeño municipio rodeado de montañas porosas de gran riqueza subterránea, las encinas se descuelgan de sus verticales rocas y las hayas se adueñan del fondo de los valles, todo es verde, el sonido que se escucha de fondo es el de los campanos de vacas y ovejas, huele a vida, aparentemente es un bucólico remanso de paz y lo sería si no fuese porque contra todo pronóstico en un lugar así hay también un recinto sádico, la minúscula y cuadrada plaza de toros de los “Santos Mártires”, allí siguen matando toros al margen del mundo, porque lo que allí acontece es menos trascendente si cabe que lo de Santoña o Castro. Es una plaza bastante antigua ciertamente, data del siglo XVII – XVIII, casi con total seguridad un residuo de determinadas incursiones venidas del sur de la Cordillera Cantábrica, pues como ya antes hemos dicho, en estas tierras no es costumbre hacer de una hermosa criatura un despojo, aunque haya reductos así, no lo es. Para que Cantabria deje de ser un paradigma de crueldad, di NO a las corridas de toros, di NO a la diversión a costa del sufrimiento ajeno.
|