Trebujena - Cadiz

Resulta que hace unos años, en los buenos tiempos de la economía, la gente se construía un chalet en el campo como si fuera una casa de aperos y no pasaba nada. Nadie veía nada malo en que el campo en 2 o 3 años pareciera una urbanización de chalecitos. No pasa nada, circulen.
Ahora llega la Junta de Andalucia en el 2014 y denuncia esto, y por lo visto lo hace con una ley nueva, en la que ya no tienes que tirar la casa, sino que ahora la legalizas pagando una multa. Antes tenías que tirar la casa y dejar el terreno listo para plantar por ejemplo cebollinos, te quedabas sin casa y pagabas la multa y la demolición. Ahora si tu casa tiene más de 6 años, se te aplica la nueva ley, te buscas un perito, arquitecto o aparejador que te lo mida y te saque los planos, le quitas la cocina y lo que no entre, y tienes tu casa con papeles, todo legal con el aval de la Junta de Andalucia.
Uno piensa en que hay que ver la picaresca de la gente de poner un chalet como si fuera un cuarto de aperos para meter el zoletón y el manojo de esparto, pero no. Aquí está también la picaresca del que gobierna, que durante años hace la vista gorda y ahora que el problema no tiene solución, cambia la ley para que la masa enfurecida de los propietarios de chalets de aperos no se tome la justicia por su mano y se lie algo gordo.
Lo más gracioso de todo esto, es que son unos 6 o 7 años desde que se construyó la casa, justo cuando el boom de las casas de aperos, cuando se empezó a construir el campo con chalets a cascoporro y ninguna autoridad paró nada ni vio nada. Primero se hace la vista gorda, nadie ve nada, ni policia local, ni guardia civil, ni los satélites de la CIA. Luego se modifica la ley para que no haya problemas, porque la gente con casas de campo son gente con dinero, que aunque no lleve papeleo, ni arquitecto, ni proyecto de obra, pero para hacerte una casa hace falta dinero. Ahora tenemos el campo urbanizado legalmente, los más brutos tendrán que caer la segunda planta, quitar la piscina o comprar el campo al vecino para que le den los metros, pero de caerse, pocas casas se van a caer.

- Primera conclusión: El que cumplió la ley y no se hizo una casa en el campo, bien porque no tenía dinero o porque le gusta el campo como campo y no como urbanización, ahora tiene un vecino con una casa de aperos con papeles, que hace que su campo valga 3 veces más que el suyo, y encima, ya no se puede hacer una casa igual porque esto es ilegal, en el campo no se puede construir casas. Una vez mas el que cumple las leyes queda como tonto.

Pero el tema sigue. No solo resulta que están afectadas las casas de aperos de los tiempos de la burbuja inmobiliaria. Aquí está ahora afectado todo cristo. Si en el campo de tu abuelo tenía un cuarto de aperos real, una caseta para el perro, aunque lleve construida más de 20 años, la ley se te aplica por igual. Aquí lo del Gürtel, lo de los papeles del Barcenas, etc, está todo prescrito, lo que pone que se cobró en negro es algo que ya no es delito. Pero por lo visto, las casas de aperos del campo no prescriben, que no se note que la ley está echa para salvar el pellejo de los que se hicieron un chalet por la cara en tiempos de la burbuja. No, esto afecta a todo el mundo.

Luego el que está en el ayuntamiento llevando el tema está harto de escuchar las distintas historias con las que te viene la gente cada día. Lo que te dice es que en el ordenador se ve que tienes una casa de aperos, o te buscas el que te arregle los papeles o la tiras, pero esto es igual para todo el mundo. No hay razones que valga.

Resumiendo, la moraleja: que cuando la cosa va bien, todos calladitos, tú te haces una chalet y no te dicen nada, pues no seas tonto y harte tú otro, que mal de muchos consuelo de tontos, que no hay carceles para tanto propietario de chalet de aperos. Y cuando la cosa va mal, va mal para todo el mundo, tanto el que se metió en este negocio como el que no, tanto el que tenía una casa de aperos de hace 20 años como el que se la hizo pensando en el día de mañana encajársela a un guiri de los del campo del golf.

Una versión del fracaso del campo de golf de Trebujena.

En la figura del empresario Bernard Devos (Bélgica, 1946) hay un retrato en crudo de la historia reciente de la economía española. En la última década, construyó un hotel de cinco estrellas, viviendas y un campo de golf en Benalup, un pueblo que era cualquier cosa salvo un destino turístico. Convirtió el Fairplay en uno de los mejores complejos de la provincia y, casi en paralelo, quiso trasladar ese concepto a Los Barrios y a Trebujena. Siempre, subraya él, porque “los políticos” le buscaron. Era un empresario de éxito, un tipo que arriesgaba, “el belga loco”, alquimia contra el desempleo. Pero el escenario cambió y la compañía naufragó, incapaz de hacer frente a sus deudas con los bancos y con una plantilla de más de un centenar de trabajadores.

–¿El problema económico es de este hotel, o es de otras de sus empresas y proyectos?
–La empresa Zanona está en concurso voluntario de acreedores. El problema es del hotel, que necesitaba dinero. He vendido todas mis fincas, el Monasterio del Cuervo, Zanona… todo está aquí invertido.
Al final dos mujeres me la jugaron. María José García Pelayo, que me quitó las subvenciones, y la otra es Concha Gutiérrez, que paralizó el proyecto de Trebujena cuando faltaban ocho días para su aprobación. Jamás fui un especulador. Invertí en Trebujena porque los políticos vinieron a buscarme, porque el pueblo estaba deprimido… Yo amaba el Guadalquivir, fui incluso rociero. Empezamos el proyecto, estudios ambientales, estudio de inundabilidad… Una inversión de nueve o diez millones de euros, respaldado por un alcalde de IU, Manuel Cárdenas, que aseguró que ya tenía la certeza de que el campo de golf saldría adelante. Según dijo, «las 300 viviendas que se han planteado podrían animar a la inversión privada». De hecho, no concibe el proyecto sin estos apartamentos turísticos. Para ello «habría que hacer una modificación en el PGOU, que está aprobado desde 2007, pero no sería un problema si hay voluntad para sacarlo adelante», dijo el regidor.
No obstante, a ocho días de la firma definitiva, entra Concha Gutiérrez en Obras Públicas y la primera actuación que hace es pararlo todo y anular el proyecto del Guadalquivir. Ahora todo se ha perdido. Esta mujer con su actuación, sin conocerme a mí ni a mi forma de trabajar, paró el proyecto. Sin motivo, de un día para otro, y me arruinó a mí y a mi familia, me quitó el sueño y la salud. Hoy el proyecto está aprobado pero no es mío, porque lo he tenido que vender por muy poco dinero.

–¿A quién se lo ha vendido?
–A una empresaria de Bélgica, para intentar salvar este hotel. Antes había posibilidad, ocho o nueve socios que querían apoyar la iniciativa. Ahora todo se acabó.

–¿Ese proyecto de Trebujena tenía futuro, o estaríamos hoy arrepintiéndonos de haberlo construido?
–Europa tiene una cantidad de gente que sueña con tener una segunda casa, un sitio bonito para venir al sol, jugar al sol, o ir al spa, o a montar a caballo… El clima de esta zona es el mismo que hace veinte años. El problema es que la imagen de España y de Andalucía se ha convertido en la peor, por culpa de unas cuantas personas, los políticos, algunos empresarios, la gente responsable de Turismo, algunos promotores y hoteleros que han hecho las cosas de una forma que no debían. La suma de todo.

(Resumido y adaptado de un artículo en "Diario de Cadiz")