Trebujena - Cadiz

Los recortes sociales en nuestro país han generado mucho sufrimiento. De ahí, que es lógico que algunos se pregunten:

¿Era necesario que se produjeran esos recortes?
Parece que sí, porque nuestro nivel de endeudamiento no nos permitía seguir atendiendo los servicios a cargo del Estado ni ofrecía garantías de cobro suficiente para que nos siguiesen prestando el dinero necesario a un interés razonable.

¿Porqué España tiene deudas?
En la zona euro, los paises financian sus servicios públicos con el dinero que recaudan por impuestos. En el caso de que un país gaste más de lo recauda, su gobierno busca dinero en los mercados financieros; es decir, emite deuda. Emitir deuda es pedir un préstamo, que será devuelto con ciertos intereses en un plazo determinado. Para ello, el gobierno organiza una subasta y adjudica el préstamo al inversor que ofrece el dinero al interés más bajo.

¿Cuándo se ha generado la Deuda de España?
Veamos como ha ido evolucionando la Deuda Pública:
1975.- Muerte de Franco.- Deuda muy baja: 7,3 % de un PIB muy bajo.
1982.- Final etapa Suárez.- 1,5 Billones de Ptas.
1996.- Felipe Gzález. / Rubalcaba.- 420.000 millones de €.
2004.- Aznar / Rato / Rajoy).- 240.000 millones de €
2011.- ZP / Rubalcaba).- 715.000 millones de €
2014.- Actual >100 % del PIB.- 1 Billón (con b mayúscula) de €
Para más precisión: https://ww.datosmacro.com/deuda/espana?utm_source=Datos+Macro+Alertas&utm_campaign=ab94781558-Alertas&utm_medium=email&utm_term=0_172e398320-ab94781558-315749841

¿Cuánto paga España cada año por los intereses de su deuda?
Para hacernos una idea, podemos decir que España paga en intereses diez veces más que los recortes que se han producido en Sanidad y Educación.

¿A quién debe España el dinero de la deuda?
Aproximadamente, dos tercios de la deuda publica española está en manos de inversores españoles y un tercio en manos de inversores extranjeros; mientras que en muchas naciones, por ejemplo en Francia, sucede a la inversa
Durante la crisis, se produjo una tremenda huída de inversores extranjeros y a las subastas de deuda sólo acudían inversores españoles.

¿Quiénes son esos inversores? y ¿Quiénes son “los mercados”?
Fundamentalmente, son los bancos y los fondos de pensiones.

¿De dónde sacan los bancos el dinero para comprar deuda española?
De los depósitos de sus clientes; ya que la mayor parte de ellos no están depositados en la caja fuerte del banco, sino que han sido prestados a alguien en forma de hipotecas, créditos a empresas o compra de la deuda de algún país, etc.
Lo paradójico de la situación española es que los bancos compran deuda al Estado y, a su vez, el Estado “rescata” a los bancos. De modo que alguien ha dicho que, durante la crisis, el sistema financiero español y el gobierno eran como dos borrachos que sólo se mantenían en pie apoyándose el uno contra el otro. Además, hay otro aspecto paradójico: los bancos españoles han obtenido préstamos por valor de 1 billón de euros del Banco Central Europeo al 1% y luego se lo prestan al Estado al 6 %.
En cuanto a los fondos de pensiones, seguramente sabéis que la Seguridad Social tiene una “hucha” para asegurarse el poder pagar las pensiones futuras. Como la población española está envejeciendo, en el futuro habrá más pensionistas y menos cotizantes. Por eso, hace años, se creó el “Fondo de Reserva” de la Seguridad Social; pues bien, el 90% del dinero de ese Fondo de Reserva está invertido en deuda del Estado.

¿Qué es la prima de riesgo?
La prima de riesgo de España es el sobreprecio, en comparación con Alemania, que tenemos que pagar cuando acudimos a los mercados para financiarnos. Cuanto mayor es el riesgo de un país más deberá remunerar éste a los inversores para que adquieran su deuda. Es por lo tanto, el plus de rentabilidad que ofrece la deuda pública de España para que los inversores la compren y mide la confianza de estos en la solidez de nuestra economía.
Además, hay que tener muy en cuenta que nuestra deuda pública, con ser muy grande, sólo representa de un 25 a un 30% de la deuda total de los españoles. Esto es así porque, en la época de las vacas gordas y de las "burbujas", las familias españolas se endeudaron en exceso con hipotecas que entonces eran fáciles de conseguir y que ahora son imposibles o difíciles de pagar; lo que aumenta el llamado "riesgo país", que es el riesgo de una inversión económica en un determinado país debido a factores específicos como su tono político y económico, la seguridad pública, el descontento social, tipos de impuestos, etc. El riesgo país se entiende que está relacionado con la eventualidad de que un estado soberano se vea imposibilitado o incapacitado de cumplir con sus obligaciones de pago con algún agente extranjero, por razones fuera de los riesgos usuales que surgen de cualquier relación crediticia y de que recurra a expropiaciones y nacionalizaciones.

¿Un país puede negarse a pagar su deuda?
Sí. De hecho, muchos países han dejado de pagarla alguna vez en su historia. Otras veces el país deudor negocia con los acreedores "una quita" o rebaja en la cantidad a devolver y, a veces, ampliar el plazo de su devolución.

¿En qué circunstancias los países pueden negarse a pagar su deuda?
Normalmente, en dos situaciones diferentes:
1) Por “razones técnicas”: sencillamente porque no tienen dinero suficiente para pagar.
2) Por “razones morales”: el país deudor considera que la deuda es moralmente ilegítima.

¿Cuándo se considera que una deuda es “moralmente ilegítima”?
Son ilegítimas aquellas deudas contraídas contra los intereses de la población de un país y con el completo conocimiento de esta circunstancia por parte del acreedor. Por ejemplo, si cae una dictadura, ¿por qué los ciudadanos de ese país tienen que pagar la deuda adquirida durante dicho gobierno? Lo mismo puede decirse de países africanos que fueron expoliados por Occidente.

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de negarse a pagar la deuda?
La mayor ventaja es que el dinero que el país se iba a gastar en pagar la deuda, lo puede dedicar a educación, sanidad, pensiones, etc.
Por otro lado, también hay inconvenientes; ya que, a partir de ese momento, el Estado no puede gastar más de lo que recauda, porque ha perdido su crédito y nadie le presta dinero. Además, como hemos visto antes, nuestros principales acreedores son bancos y fondos de pensiones españoles, que colapsarían inmediatamente. Por eso es más sencillo negarse a pagar la deuda cuando la mayoría de los acreedores son extranjeros.
Lógicamente, también son esperables sanciones de todo tipo por parte de las naciones acreedoras y que cuando, pasado el tiempo, volvamos a emitir deuda, los intereses que nos exigirán en las subastas serán muy altos, en consonancia con el riesgo de prestar a un mal pagador.

Confiemos en que Juan, nuestro amigo y colega del foro, pode, corrija o amplie lo que le parezca conveniente para terminar de aclararnos este tema.

¡Huy!, es un tema de enorme interés y actualidad (más de lo que muchos creen. Está muy bien lo escrito. Técnicamente, la decisión de no pagar una deuda se llama "repudio" de la deuda. España nunca lo ha hecho, y sólo en una ocasión un rey lo intentó, pero lo "convencieron " en el extranjero de que no lo hiciera.

Ampliando y enlazando con el tema:

Nada es gratis

Mucha gente cree que hay miles de cosas que son gratis, otras que debieran ser gratis y otras que, aunque no le sean, todos los ciudadanos tienen derecho a ellas, porque todos tenemos una serie de derechos inalienables que hemos conseguido, que nos tienen que proporcionar y que no podemos perder en ningún caso. Cuando se juntan estas creencias todos los problemas se reducen a exigir nuestros derechos, que el poder de turno trata de recortarnos injustamente.

Desgraciadamente, dichos derechos sólo son posibles si de algún modo se garantiza —además de la voluntad de su cumplimiento— el pago de su sostenimiento; porque, nos guste o no, en este mundo nada es gratis. Nos hemos olvidado de esta verdad elemental, o no queremos tenerla en cuenta, y creemos vivir en un mundo en el que los servicios públicos existen por una especie de derecho universal a su existencia, sin darnos cuenta de que estos servicios sólo podrán existir mientras estemos en condiciones de costearlos.

La discusión, entonces, debería ser: ¿quiénes y cómo vamos a financiar nuestros servicios sociales? y también, ¿van a ser prestados mediante empresas públicas o privadas?. Ante esta discusión, tanto la derecha como la izquierda caen en un dogmatismo miope que se niega a ver la situación real. Así, por la izquierda se propone que una drástica subida de impuestos a las grandes fortunas bastaría para pagarlo todo; mientras que la derecha nos hace creer que con unos recortes importantes y una buena gestión se solventaría el problema. Mientras discutimos sin son galgos o podencos, la deuda pública se acumula y seguirá acumulándose hasta que alguien venga a reclamarnos su cobro o se la carguemos a nuestros a nuestros descendientes, por la cara.

—¿Por qué la derecha no quiere hacer lo que propone la izquierda?.
—Porque cree que, con la globalización, las grandes fortunas se irían a otro sitio donde pagaran menos.
—¿Por qué la izquierda no quiere hacer lo que propone la derecha?.
—Porque no quieren renunciar a unos derechos que han tenido mucho tiempo como irrenunciables y que fueron conseguidos con grandes sacrificios por su parte.
—Entonces, ¿cómo vamos a llegar a un acuerdo para financiar los servicios públicos?.
—Nadie debe contestar algo que debe ser meditado, discutido y aprobado por todos; sin embargo, estaría bien que discutiéramos estas tres ideas:

1ª.- Salvo casos de fuerza mayor, ni el Estado ni nadie debe gastar más de lo que ingresa, salvo para invertir en algo rentable y que permita la amortización del crédito correspondiente en un plazo de tiempo apropiado a la inversión.

2ª.- En las prestaciones del llamado "estado de bienestar", se debe partir del hecho real de que, como antes hemos visto, nunca nada es gratis. Todo lo pagamos todos y, por lo tanto, no debería haber subvenciones ni gratuidad alguna, sino créditos sin interés y con amortizaciones mensuales de cuantía voluntaria o mínima, según las posibilidades actuales y futuras de quien los recibe.

3ª.- Para la prestación de servicios, se preferirán siempre las empresas estatales a las privadas; con la única condición de que las empresas estatales no pueden ser deficitarias. Caso de que alguna lo sea, o bien se rebajarán las prestaciones del servicio, hasta conseguir cubrir gastos, o bien se encargará la gestión a una empresa privada que se comprometa y pueda mantener dicho servicio con el mismo nivel de calidad.

No sé si Juan nos sigue leyendo...

A la corta sí, pero a la larga no

1.- No conviene crear prosperidad penalizando el ahorro.

2.- No conviene fortalecer a los débiles debilitando a los fuertes.

3.- No conviene ayudar a los autónomos hundiendo a la gran empresa.

4.- No conviene ayudar al pobre arruinando al rico.

5.- No conviene encumbrar a los asalariados abusando de quienes les pagan sus salarios.

6.- No conviene resolver los problemas gastando más de lo que se puede ganar.

7.- No conviene promover la fraternidad universal incitando a ningún tipo de odio.

8.- No conviene basar nuestra seguridad en dinero prestado.

9.- No conviene formar el carácter y el valor de nadie quitándole su independencia, su libertad y su iniciativa.

10.- No conviene ayudar a los demás haciendoles nosotros lo que pueden y deben hacer por ellos mismos.