San Roque - Cadiz

Las dimisiones registradas ayer en las filas del PP de Madrid por la presunta vinculación de miembros y ex integrantes del partido en la trama de corrupción política destapara por la Fiscalía Anticorrupción y el juez Garzón subrayan tanto la relevancia de las investigaciones emprendidas, como la incoherente y dubitativa gestión que están realizando de la misma los dirigentes populares. El silencio con el que Mariano Rajoy reaccionó en primera instancia ante unas averiguaciones que, como bien remarcó él mismo en su comparencia de ayer, podían comprometer la honorabilidad del conjunto de la organización que preside y, sobre todo, la posterior reacción de destacados responsables del PP atribuyendo las pesquisas a un supuesto uso político de la Fiscalía y a una actitud espuria de la Audiencia Nacional se han demostrado gestos contraproducentes, cuando no temerarios, ante las renuncias, forzosas o no, que se desencadenaron ayer. Dimisiones que han conferido una profundidad al sumario judicial abierto que ha acabado superando por la vía de los hechos la estrategia de Rajoy de asegurar, por una parte, que el partido expulsará a quienes puedan verse implicados en la trama y, por otra, de denunciar formalmente las filtraciones que ha sufrido el secreto de sumario; al tiempo que afectan directamente a la estabilidad del Gobierno de Esperanza Aguirre.
Los populares tiene motivos fundados para protestar ante el Poder Judicial por la vulneración de la confidencialidad de unas actuaciones que emborronan la imagen del partido. Pero su zigzagueante respuesta y, especialmente, su incapacidad para separar los efectos que la causa judicial podría tener sobre la formación de la responsabilidad inexcusable que compete al PP a la hora de garantizar la transparencia en el proceder de las instituciones que encabeza han lastrado una reacción que, ante todo, está obligada a preservar la confianza de la ciudadanía en los poderes públicos a los que ha elegido. Una confianza que también precisa de un urgente encauzamiento de las divergencias internas que están operando como un telón de fondo poco menos que irremediable ante trances tan delicados como el actual, agudizando unas insidias internas nunca solventadas y que afloran como una quiebra difícilmente superable.

COMO ESTA EL PANORAMA PARA LOS PPERINOS,JA,JAAJJA,

NO ME EXPLICO A TANTO PUEDE LLEGAR LA CORRUPCION DEL PP ES INAUDITO LO QUE PASA EN ESTA SOCIEDAD LLENA DE CORRUPTOS POLITICOS.