El ferrocarril de la sierra A finales de 1886 se barajaba la idea de mejorar las comunicaciones de la provincia gaditana con la construcción de dos líneas de ferrocarriles económicos, una de las cuales enlazaría Jerez de la Frontera con Olvera pasando por Puerto Serrano. El presidente de la Diputación Cayetano del Toro presentó en 1888 un anteproyecto de la linea norte y nordeste de ferrocarriles de vía estrecha de la provincia de cádiz en el que se planeaba un enlace entre Jerez y Villamartín, desde donde partiría un ramal hacia Grazalema y otro con estación en Puerto Serrano hacia Alcala del Valle. El proyecto fue aprobado y el Ayuntamiento de Puerto Serrano acordó contribuir económicamente en el proyecto, ceder los terrenos necesarios para la construcción de la estación, almacenes, apeadero y vías, ceder materiales de construcción y que los vecinos hiciesen una prestación personal de hasta 8000 jornales. El alto costo de la línea férrea 7.900.000 pesetas y las dificultades técnicas hicieron, sin embargo, que el proyecto no saliese del papel. En el mapa de la provincia de Cádiz publicado durante la primera década del siglo XX por Antonio Poley Poley aparece en proyecto el ferrocarril de la sierra. El mapa señala un todavía inexistente tendido férreo que cruzaba el término de Villamartín al sur del Guadalete, discurriendo en dirección paralela a la carretera Jerez-Ronda, cruzaba el de El Coronil a la altura de Los Horgazales (Cuatro Mojones) y Puerto Serrano quedando al norte de la vía Torre Gailin, Cañuelo, Ortiz y al sur la Sierra de la Mota y Sosa. La idea de unir Jerez de la Frontera con los pueblos de la sierra había sido retomada por la burguesía jerezana y en agosto de 1901 se creó en el seno de la Cámara de Comercio e Industria de Jerez la Sociedad Estudios del Ferrocarril de Jerez a Villamartín y Setenil. Diecinueve vecinos de Puerto Serrano se comprometieron económicamente en la empresa adquiriendo acciones. Pero la Sociedad no tuvo solvencia para afrontar los 24.000.000 de pesetas en el estudio previo cifraba el coste del trazado, tampoco pudo obtener respaldo institucional y a mediado de la década siguiente estaba prácticamente abandonado. En 1916 se proyectaba construir otra línea ferroviaria desde Utrera a Cortes de la Frontera por El Coronil, Montellano, Puerto Serrano, villamartín, Prado del Rey, El Bosque y Ubrique, pero también cayó en saco roto. La línea de Jerez a la sierra tuvo un impulso decisivo, esta vez como proyecto estatal, durante la dictadura de Primo de Ribera. El Consejo Superior Ferroviario estudiaba en 1925 las alternativas de construir las líneas de Jerez-Villamartín-Setenil o Morón-Almargen y abrió una consulta pública sobre la conveniencia de una u otra. La Comisión Permanente del Ayuntamiento de Puerto Serrano se adhirió, naturalmente, a la primera y lo hizo exagerando su potencial ecomómico y humano. En 1926, mientras estaba en fase de estudios el Plan General de Ferrocarriles, la línea Jerez-Almargen fue incluida un plan de urgencia aprobado por el Real decreto de 5 de marzo. El proyecto, con una previsión de costo de 60.000.000 de pesetas, estuvo presidido por el interés estratégico-militar de comunicar por vía férrea las bases navales de Cádiz y Cartagena. En marzo de 1927, estando ya muy avanzado el tramo Jerez-Arcos se adjudicaron las obras de explanación, fábrica y edificios para Arcos-Bornos-Villamartín-Puerto Serrano-Olvera-Almargen a la empresa "Valentín Vallhonrat". La construcción de la línea férrea quedó paralizada con la caida de la dictadura, si bien durante la República hubo peticiones de retomarla. En 1932 los diputados en Cortes por las provincias de Cádiz y Málaga presentaron a la Comisión de Obras Públicas del Congreso un informe que subrayaba su importancia para el desaroyo económico de la zona y lo avanzada que estaba su ejecución (decía que se habia gastado 59.453.271 pesetas y solo faltaba invertir 6.510.445 pesetas). Se aprobó la reanudación de las obras, pero dificultades presupuestarias impidieron hacerlo. En mayo de 1933 los alcaldes de Arcos, Bornos, Villamartín, Puerto Serrano, Olvera, Morón, Pruna, Coripe y Almargen dirigieron al presidente del Consejo de Ministros una petición colectiva para que continuasen las obras, insistiendo no sólo en el interés del ferrocarril para el desaroyo económico, sino también en el alivio que la ejecución del proyecto supondría para la crisis de trabajo que se padecía. El Ayuntamiento también se adhirió en 1934-35 a las iniciativas de Arcos y Olvera, respectivamente, para solicitar la terminación de las obras y en 1936 la propuso como remedio contra el paro en una asamblea de alcaldes de la provincia. Durante el franquismo también hubo varias peticiones en el mismo sentido, entre otras las elevadas por los alcaldes de la sierra al ministro de Obras Públicas en 1949. De ese mismo año es un informe sobre la vida municipal en el que se señala como una de las necesidades más sentidas de la población no ya la terminación del trazado iniciado, Puerto Serrano en vez de El Coronil y la línea continuase hacia Olvera por Algodonales. El tramo Jerez-Arcos se terminó hacia 1960, y se usó durante algunos meses para el acarreo de roca y material de construcción para la base naval de Rota y para el transporte de azúcar de la fábrica de Jédula a Jerez. El tramo Arcos-Almargen, con mayores dificultades geológicas, quedó sin concluir. El tren nunca pasó por Puerto Serrano. |