y naranjas Como no todo es hablar del ayuntamiento y de batallas aquí os hablo un poco de las naranjas y los cítricos por extensión. Los cítricos son unas plantas originarias del sudeste asiático. La cita más antigua que se conoce procede de China y pertenece al Libro de la Historia (siglo V a. de C.). En este se explica como el emperador Ta-Yu (siglo XXIII a. de C.) incluyó entre sus impuestos la entrega de dos tipos de naranjas, grandes y pequeñas. Ello indica el alto valor que se atribuía a estas especies. Hasta el siglo IV a. de C. no se vuelve a registrar otra información. Teofrasto (327-288 a. de C.), escritor griego discípulo de Aristóteles, recoge en su obra Historia de las plantas, una amplísima información sobre más de 500 plantas, fruto de los viajes de Alejandro Magno en su conquista de Asia. En ellas alude al cidro (Citrus medica L.), especie conocida en Media y Persia al que denomina manzana médica (Malus Medica) y del que describe sus propiedades medicinales y aromáticas, así como los caracteres morfológicos de sus flores. Virgilio (70-19 a. de C.) fue el primer escritor latino que mencionó el cidro en sus Geórgicas, destacando sus características antirreumáticas y como antídotos de venenos. Resulta sorprendente que en la Biblia, en la que se reconocen más de 200 especies, no exista una referencia clara a los agrios. Durante el Imperio Romano la cultura agrícola progresó notablemente, pero es fácil localizar los agrios en los escritos de la época. Así el gaditano Columela (siglo I d. de C.)en su Historia Natural cita diversos aspectos relacionados con las características, cultivo y propiedades del cidro. Más tarde, Palladio (siblo IV d. de C.) explica en su Tratado de Agricultura labores agrícolas propias del cultivo del cidro, como transplante, reproducción, poda, riego, fertilización ..., que el mismo había experimentado en sus plantaciones de Nápoles y Cerdeña. La cultura griega también cita a los agrios en sus escritos de principios de la Era Moderna. Dioscórides de Anarzaba, hacia los años 60-70 d. C., describe en su Materia médica las propiedades medicinales del fruto y la semilla de la naranja, y Galeno de Pérgamo (130-210 d. de C.) recomienda su corteza como tónico estomacal. La primera cita sobre naranjos en España se debe a Isidoro de Sevilla (562-636) quien en sus Etimologías menciona a las naranjas. Los árabes fueron quienes nos legaron mayor información sobre los naranjos. En España, el naranjo está presente desde el siglo VII, aunque no es descartable que se conociera con antigüedad dadas las relaciones existentees con Italia donde, se sabe de su existencia varios siglos antes. La posibilidad de su presencia en las Islas Baleares durante el siglo V ha sido también contemplada, sobre todo porque parece probable que los agrios llegaran a la península Ibérica, desde Italia, a través del Mediterráneo. Ningún autor ha fijado la época en que comenzó a cultivarse en el litoral Mediterráneo; sin embargo Ibn al Awan, señala en sus escritos la existencia de plantaciones de cítricos en Sevilla a fines del siglo XII. El naranjo amargo y el limonero llegaron de manos de los árabes en el siglo XI, a través de Africa y procedentes de Arabia. Del naranjo dulce se desconoce cúando y cómo fue introducido en España y no existe ninguna referencia anterior al siglo XVI relativa a esta especie. Sin embargo existen fundadas razones para creer que su presencia se remonta a mediados del siglo XV, introducido por los genoveses a través de sus rutas comerciales con Oriente. En efecto, Herrera en su tratado de Agricultura General, publicado en 1513, dedica un capítulo a los naranjos y limoneros, lo que prueba que en sus tiempos el cultivo de estas especies era ya conocido. El mandarino se introduce en España mucho más tarde. En 1845, el conde de Ripalda promueve, a través de la sociedad económica de Amigos del País, la aclimatación de injertos en Valencia. Pero no es hasta 1856 que se inicia su cultivo a partir del material vegetal importado a la Plana de Castellón por D. José Polo de Bernabé procedente probablemente, de Palermo, Génova y Niza, donde se conocía su cultivo. Finalmente el pomelo ha sido muy recientemente introducido en España. Las primeras plantas de las que se conocen su presencia eran de la variedad Marsh y fueron importadas por la Estación Naranjera de Levante, en 1910 desde Estados Unidos. |