REFLEXIÓN La primera vez se me quedó una cara de incredulidad y de atontao que..., no di oportunidad a una segunda vez, para que en mi interior yo mismo no fuera el que me insultara, que al mirarme al espejo no me pudiera llamar tonto de remate, porque lo que piensen los demás ya hace mucho tiempo que me da igual. Pero vamos a pesar del engaño os escuché, me puse en vuestro lugar e intenté comprenderos..., no lo logré y aunque os perdoné, por eso mismo de que os perdoné, no hice nada, no advertí a los demás, no pude evitar que engañaráis a otros... por eso ya no me pidáis más vuestra confianza, de todas formas podréis seguir confiando en mi y en mi palabra, porque eso a diferencia de vosotros es lo que marca mi carácter. Mirad y reflexionar que es lo que habéis roto, a buen entendedor pocas palabras bastan. |