Puerto Serrano - Cadiz

Hace unos días se abrió aquí el tema de que según Jose María Perez, al juez estrella Garzón, se le habian atado las manos para investigar “ciertos” crímenes de la guerra civil española, el se postulaba diciendo que no lo dejaban investigar, y que el Tribunal Supremo, no se lo permitía. Hoy aparece la noticia, de que el T.S. no a admitido el recurso de Garzón, para que no se admitiera a trámite la querella por prevaricación de los ultra Manos Limpias.

En el auto de Tribunal, dice bien claro: “...tan sólo ha resuelto la admisión a trámite de la querella y matiza que "no se inicia un proceso porque sea responsable de un delito, sino para poder determinar con garantías si se es o no responsable,”. Es decir, que ni siquiera se le tiene abierto proceso, simplemente y como en cualquier estado de derecho, ponga la querella quien la ponga, y si se aprecia que puede el querellado haber incurrido en delito, se admite a trámite, pero ello no quiere decir que se le sentencie o condene en ninguno, simplemente que se abrirá la investigación correspondiente. Por lo tanto, ni se le suspende en funciones, ni se le retira de la investigación, cosa que no pueden hacer pues ya en su día se inhibió en los juzgados territoriales.

Ya en su día la fiscalía como no podía ser de otra manera, pues en esta España nuestra, poder legislativo y judicial van un poco de la mano, y sobre todo el Fiscal General del Estado, aquel señor que dijo que para negociar con ETA había que llenarse de fango las togas, solicito al alto Tribunal, que no admitiera a trámite la querella.

Se puede ser partidario o no de los ultra Manos Limpias, que muy limpias no las tienen, pero de lo que no se puede ser partidario, es de sesgar el derecho de cualquier ciudadano a hacer uso de la Justicia, que es lo que ni más ni meno ha hecho Manos Limpias.

Para terminar, espero que se haya aclarado, a Garzón nadie le ha prohibido investigar, es él, el que se ha inhibido. No sabemos de haber seguido en el procedimiento, como hubiese acabado, pero viendo alguna que otra instrucción de este juez, seguramente no hubiese acabado la cosa muy satisfactoria, pues en su ya larga carrera, ha demostrado en más de una ocasión ser más un juez mediático, que un juez instructor.