LA HERENCIA TELEVISIVA Las cosas que pasen hoy, tenemos que concienciarnos de que afectarán al mañana, pero por lo visto esto en España es pedir peras al olmo. Vivimos el presente a sabiendas de la herencia que le vamos a dejar a nuestros hijos. Nos la suda el tema educativo, el tema de medio ambiente, el tema de inmigración, el tema económico, etc., etc., no nos paramos a pensar, que nuestras acciones en la actualidad determinarán las del futuro. No es menos verdad, que en este aspecto el gran porcentaje de culpa lo tienen los gobernantes, pues son ellos los encargado de velar por la estabilidad y viabilidad de un estado anclado en valores morales y éticos que preserven la convivencia de todos los miembros del conjunto, no es ya la observancia de leyes para la firme adecuación de normas de conductas hacia el prójimo, se trata de valores que se deben de impregnar en las generaciones venideras, valores que no están en los vetustos libros, sino que son preceptos morales a empapar en el espíritu de nuestros vástagos. Nuestros gobernantes, lejos de observar esta conducta, viven en la perpetua maquinación de ofertas electorales populistas para de esta manera conseguir el voto fácil y perpetuarse en un poder que les permitan extender sus tentáculos al pobre ciudadano. Desde la época de los romanos, que erigían grandes circos para que así la plebe se olvidara del hambre y penuria que sufrían, hasta nuestros días, donde espectáculos análogos en televisiones ávidas de noticias sangrientas y morbosas, indiferentes al sufrimiento de las víctimas, y como buitres leonados, descarnan los huesos de acontecimientos tristes, pero alarmantemente ventajosos para su audiencia. La información en una sociedad libre y democrática debe ser veraz, debe ser libre de ataduras políticas, pero por el contrario a la hora de informar, barajan más lo mórbido que lo verdaderamente enriquecedor culturalmente hablando de la sociedad. En este foro, el amigo Fernando Sepúlveda, con el cual en este aspecto estoy completamente de acuerdo con él, nos hace un retrato de lo que está pasando en las televisiones nacionales, al relatar fielmente acontecimientos en nuestra televisión local. Esto que dice, es totalmente en nuestros días asumible, que el poder político se adueñe de un medio de comunicación para su beneficio propio, sin tener en cuenta el principio de equidad y neutralidad que debe tener el informador. ¿Debe el legislador tomar cartas en este asunto?. Yo creo, que se deberían de crear algún tipo de reglamentación o ley que evite la proliferación de casos ya sean de manipulación de medios, como de la divulgación de mórbidas noticias en nombre de una información fuera de todo lugar. Todo esto me viene a la memoria pues leí hace unos días respecto al caso de la pobre Marta de Castillo un artículo el cual criticaba el circo mórbido que se ha creado alrededor de estos acontecimientos, donde no pasa un día sin que nos pongan las imágenes de la búsqueda de la pobre chica o la de sus supuestos asesinos en la televisión, sin tener en cuenta el dolor de los padres de ella. Pero tranquilos, que ya algún desalmado guionista habrá esbozado el guión de la película de Marta del Castillo, esperemos, que los padres de Marta no cometan el mismo error que los de Mari Luz, y se conviertan en seres mediáticos y permisivos con la desgracia de su hija a cambio de un puñado de euros, aunque lo disfracen de causas en pro de una justicia justa y ejecutora.
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